Resumen Memoria de mis putas tristes. (Gabriel García Márquez).
La historia tiene comienzo con un hombre (anciano) que cumple 9 décadas de haber vivido. Debido a su cumpleaños, decide darse un regalo, en el, recuerda a una vieja amiga llamada Rosa Cabarcas, (ésta mujer juega un papel importante en el desarrollo del libro) pidiéndole buscar a una joven virgen de aproximadamente 14 años para pasar el rato. Mientras Rosa busca el “encargo”, el anciano empieza a contar acerca de su vida, menciona que sobrevive gracias a un trabajo de columnista, su único objetivo es traducir un programa de radio a lengua indígena. Después de unas horas, Rosa devuelve la llamada dando la noticia de haber encontrado a alguien con las exigencias antes solicitadas por el columnista. Le comenta a dónde debe llegar para su encuentro con la niña. Cuando llega la encuentra totalmente desnuda, sudando, acostada sobre la cama. Después de verla, el anciano recordó lo que Rosa Cabarcas le había dicho “es su primera vez, está nerviosa, trátala con cuidado”, con ese pensamiento, decide no tocarla y únicamente dormir con ella. Al otro día vuelve a llamar a su vieja amiga para tener un nuevo encuentro. El anciano, con dudas se acerca de acostarse o no con ella, lo deja en un gran dilema, aunque la niña lo ignoraba, él empezaba a enamorarse de ella. Comentándole a Rosa acerca de esta situación, empieza a burlarse de él, decía que ése no era el antiguo columnista, se preguntaba dónde había quedado aquél hombre que se acostó con más de 50 mujeres a lo largo de su vida, él no sabía qué decir al respecto, así que sólo comentó: “me estoy haciendo viejo”. Después de eso, recuerda mencionar a un viejo amor con una joven mujer llamada Dulcinea, recuerda haber estado a punto de casarse pero como su relación no estaba del todo bien, nunca se concluyó. Convencido de que no estaba tan viejo para el amor, decide volver a llamar a Rosa pidiendo otra cita con la niña. Para esto, el anciano decide llegar antes al lugar y arreglarlo, al terminar, mientras la espera, empieza a preguntarse cuál será su nombre, llegando a la conclusión de que su nombre es Delgadina. Cuando la niña llegó, el anciano decidió contarle historias al oído, le regaló unos pendientes para su próxima cita. Cierto día, se encontraba el anciano con Delgadina en el cuarto, cuando de repente llega Rosa y le pide su ayuda, el problema es cierto cliente había sido asesinado en el burdel, ella le pidió de favor ponerle la ropa y acompañarla a tirar el cuerpo lejos de ahí. Después de hacer eso, el anciano regresó a su casa y no supo nada de la niña, llamaba constante a Rosa para darle razón de Delgadina. Al cabo de dos difíciles meses sin saber de ella, Rosa le marca y le comenta haber estado de vacaciones, necesitaba ocultarse un tiempo para pasar desapercibida de dicha situación. Después le comenta que esa misma noche Delgadina había perdido la virginidad con un cliente, la encontró desnuda y sola, no pudo dejar pasar esa oportunidad. El columnista destrozado la trata como una zorra. Después de su dolor se encuentra a su viejo amor, Dulcinea y le cuenta que ése no es motivo para dejarla, que es bueno ser amado. Al final habla con Rosa y le pide mostrarle a la niña. Para concluir, deja todo ese dolor y vive felizmente con 100 años, en los cuales 10, estuvo locamente enamorado de Delgadina.
Fernando García Mares