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He leído muchas veces algunos poemas de -y alguna entrevista a- Olga Orozco. Había visto su imagen en fotografías pero, hasta ahora, nunca había escuchado su voz ni había visto un vídeo de ella. Me ha sorprendido. Tiene una voz grave y firme. La...
He leído muchas veces algunos poemas de -y alguna entrevista a- Olga Orozco. Había visto su imagen en fotografías pero, hasta ahora, nunca había escuchado su voz ni había visto un vídeo de ella. Me ha sorprendido. Tiene una voz grave y firme. La voz que yo escuchaba en sus poemas era de terciopelo, igual que su mirada. De joven, Olga Orozco tenía unos ojos grandes y como impacientes, pero puede que hubiera aprendido a domarlos porque a través de las fotos se aprecia que su mirada se iba volviendo dulce y aterciopelada a medida que envejecía. Como su voz interior. Tengo que ver cómo encajo ahora esta voz en la Olga Orozco que yo conocía. Como diría ella misma: "se me ha destejido [un poco] el universo" Olga Orozco, aunque no para mal: sólo tengo que hacer unos pequeños ajustes. Esto me ha hecho pensar en las voces de los otros poetas muertos.