Juan Gelman murió como habitante de la patria más firme: el lenguaje
Karina Sainz Borgo / Vozpópuli.com
Día 15/01/2014
“Pareciera que se ha instalado todo un sistema para recortarnos el espíritu, para convertirnos en tierra fértil de autoritarismos”, dijo poco antes de morir en una entrevista concedida al diario El País. Ahora que su muerte es noticia consumada, las palabras del argentino Juan Gelman (Buenos Aires 1913, México DF, 2014) –retrasadas en el tiempo, citadas como un objeto lejano- actúan como una constatación. Vivimos, hoy, con poquísimas monedas en los bolsillos, con el alma escamada. La imagen debió de revelársele a Gelman –alguien que siempre luchó política y literariamente- como una foto de grupo condenada a repetirse. Ahora que Gelman está muerto, sus palabras, ésas que abren este párrafo, hacen pensar que cuando a la vida le quedan apenas hojuelas, la lucidez se abre paso grosera e irrevocable.Poeta, periodista y traductor, el escritor y Premio Cervantes 2007 , Juan Gelman murió este martes, a los 83 años, en México, país en el que vivió parte de su largo y demorado exilio desde que se viera obligado a salir de Argentina en 1975. El "oficio ardiente" que para él había sido la poesía y el lenguaje, su “única patria”, le acogieron en el tránsito que separó una pérdida de otra: la de un país, la de un hijo. Fue acaso el lenguaje el que alimentó su actitud cívica y su constante denuncia de las violaciones de los derechos humanos cometidas durante el régimen militar argentino.
La lengua, una patria
Considerado el poeta argentino de mayor prestigio y el más premiado de su generación, la de los años 60-70, Juan Gelman obtuvo galardones como el Premio Nacional de Poesía argentino, el de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, el Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Amenazado por el grupo paramilitar de ultraderecha argentino conocido como la Triple A, Gelman se vio obligado a exiliarse en 1975, primero a Italia, luego a Francia y más tarde a México.
El 24 de agosto de 1976, su hijo Marcelo y su nuera -la española Claudia García- fueron secuestrados por militares argentinos cuando ella estaba embarazada de siete meses.Él tenía 20 años y ella 19 cuando se los llevaron. Su hijo fue torturado y asesinado por los militares y, tras 23 años de intensa búsqueda, Gelman encontró a su nieta en Uruguay, donde había sido criada por la familia de un policía uruguayo. Su nuera figura en esa larga lista de 30.000 desaparecidos argentinos, y su caso es investigado por la justicia uruguaya.
“Entre los culpables del asesinato de mi hijo había un general que fue condenado a prisión perpetua. Cuando dictaron la sentencia algunos jóvenes que ni siquiera habían vivido la dictadura saltaban de alegría. Pero yo no sentí nada. Ni odio, ni alegría ni nada. Y me pregunté por qué y eso me llevó a escribir, para explicarme qué había pasado, aunque, como todos los libros, empezó de una manera y siguió por otra”, dijo en una ocasión a la prensa un hombre que no se cansó de escarbar en la verdad, tampoco en la poesía.