¿Publicidad de novelas o spam indiscriminado?
Paco Gómez Escribano / culturamas.es
Día 15/06/2013
Antaño, debido a que como en este país siempre anduvimos a hostias en guerras e invasiones, al pueblo no le daba tiempo a ilustrarse. Y si tenía tiempo, no había dinero para pagar colegio. Así que la mayoría de la población era analfabeta, incapaz de escribir siquiera una nota de despedida o estampar su firma en un documento. Para los olvidadizos: no hay que mirar demasiado lejos, pongamos primera mitad del siglo XX. Por tanto, los escritores eran pocos y de alta alcurnia. Después vinieron el progreso y la democracia (aunque sea más falsa que la sonrisa de un concejal corrupto), y con ellos la escolarización, el baby boom y demás. La gente aprendió a leer y a escribir, y con ello, los escritores se multiplicaron como champiñones, no así los lectores, que manda cojones. Lógico (lo de los escritores, que no lo de los lectores). Además, muchos vieron que escribir cualquier cosa era más barato que ir al psicólogo, actividad que se puso de moda en cuanto aparecieron nuevas enfermedades típicas de sociedades maridesarrolladas como el estrés y la depresión.