Cuando calienta el sol
Santiago Maisonnave / Revista Eñe - El Clarín
Día 18/02/2013
Etiquetada como literatura de género, la narrativa erótica siempre dio batalla desde los márgenes. Dos novedades editoriales permiten ahora pensar cuáles son las operaciones y los alcances de lo erótico. Descender. Ir al fondo, a donde nunca se llega. A donde no se puede llegar. Anhelar el espacio último (o primero), del primer (o último) temblor. Nombrar lo innombrable. Fracasar. Exultante, fracasar. Porque no se puede escribir el deseo y, sin embargo, una enorme, revulsiva, hermosa búsqueda literaria se empeña en ese demencial proyecto. El de la literatura erótica es un campo espinoso. Oscilando entre la estigmatización pacata y la exaltación histérica, pasando por todos los matices, el mercado literario ha establecido desde siempre relaciones problemáticas con este género.