Primo Levi, el justo
25º aniversario de la muerte de Primo Levi
Fue un 11 de abril, el de 1987, cuando el escritor italiano se arrojó por el hueco de la escalera de su domicilio turinés. La sorpresa fue mayúscula, pues todo hacía pensar que las heridas de su encierro en Auschwitz ya habían sido superadas. Tan inesperado resultó el luctuoso hecho que algunos, entre ellos Jorge Semprún, llegaron a afirmar, contra todo principio de realidad, que su muerte había sido un accidente. No se daba crédito a la tajante decisión del autor de «Si esto es un hombre», más aún teniendo en cuenta el enfrentamiento que había mantenido con Jean Améry, con quien coincidió en el siniestro campo de concentración. Améry (de nombre real Hans Mayer, 1912-1978) era de la opinión de que tras la herida sufrida no había otra salida que el suicidio. Tal pensamiento negro no era del gusto de Primo Levi, quien dedicó al autor de «Más allá de la culpa y la expiación» -calificándole de «filósofo suicida»- uno de los ensayos que componen sus reflexiones tras su visita al campo de la muerte cuarenta años después: «Los hundidos y los salvados».