Libros de vino y rosas
Vienen días de celebraciones familiares, este año enrarecidas, -como todo-, por la pandemia, y por ello hemos querido proponer un brindis para terminarlo. Un brindis literario en forma de obras dedicadas al vino, ese bien cultural que los franceses han llevado a patrimonio de la humanidad. El origen del vino marca su personalidad, este hecho es el origen de La Cata, de Roald Dahl, donde narra cómo un corredor de bolsa londinense organiza una cena en su casa con un famoso gastrónomo que se toma como un auténtico reto adivinar el origen del vino servido. El escritor Noah Gordon, se adentró en los viñedos en Lanquedoc, Francia, en La bodega; Carlos Clavijo en la Rioja del siglo XIX, en su obra El Hijo de la vid, y Ferenc Maté a la Toscana en Un viñedo en la Toscana.
Es también muy recomendable la lectura de La Guerra del Vino: Los franceses, los nazis y el tesoro más grande de Franci, escrito por Don y Petie Klandstrup, los cuales narran cómo los franceses realizaron ingeniosos esfuerzos para salvar sus mejores vinos, del saqueo del ejército alemán: reetiquetando vinos, escondiéndolos en cuevas, en tabiques que ocultan despensas, o incluso en medio de los bosques. Esta anécdota fue novelada por Virgina Gasull en su novela In Vino Veritas, en la que narra cómo la inspectora Anne Oteiza debe resolver el caso de un robo de varias botellas de vino con etiquetas diseñadas por Dalí, Chagall y Picasso, y sospecha el rol de la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial la ocultación de botellas de vino.
Entre las obras maestras de la literatura, sin duda una de las más conocidas es Las uvas de la Ira, de John Steinbeck, que obtuvo el premio Pulitzer en 1940, ambientada en la depresión tras el Crack del 29, la novela denuncia las condiciones de injusticia económica y política, y su éxito culminó con la adaptación cinematográfica que protagonizaron Henry Fonda y Jane Darwell.
Para reírnos un rato, que tanta falta nos hace, podéis descorchar El Genio de la Botella, de Miguel Ángel Aguirre Borrallo, solo hace falta decir que su protagonista se llama Tempranillo, un simpático genio que vive en el interior de una botella que, a lo largo de dos mil años, se ha ido escondiendo en las mejores botellas de cada época.
