Grandes escritoras universales (XCIII)
Anna Ajmátova
Anna Ajmátova fue, junto con Nikolái Gumiliov y Ósip Mandelshtam, una de las figuras más representativas de la poesía acmeísta de la Edad de Plata de la literatura rusa.
Anna Andréyevna Górenko nació el 11 de junio de 1889 en Odessa. Estudió derecho, latín, historia y literatura en Kiev y en San Petersburgo. Se casó en 1910 con el poeta Nikolái Gumiliov. En 1912 publicó su primer poemario con el título de La tarde. Anna adoptó el apellido de su bisabuela tártara, Ajmátova, como pseudónimo.
En 1910-1912 viajó a Italia y Francia, y conoció a Modigliani. Tras la revolución rusa de 1917, su primer marido Nikolái Gumiliov fue acusado de conspiración y fusilado, poco más tarde su hijo fue también arrestado y deportado a Siberia. Además, su último marido, Punin, murió de agotamiento en un campo de concentración en 1938. Ella fue acusada de traición y deportada, y sus poemas se prohibieron. Por temor a que fusilaran a su hijo quemó todos sus papeles personales. Todos sus amigos emigraron o fueron represaliados.
En 1944 pudo regresar con su hijo a Leningrado y se dedicó a la traducción de la obra de Leopardi. En 1945 el británico Isaiah Berlin la fue a visitar, pero esto tuvo como consecuencia que su hijo volviera a ser encarcelado durante diez años. La reacción esta vez fue no callarse y siguió escribiendo su poemario más importante: Réquiem. El 4 de septiembre de 1946 Ajmátova y Zóschenko fueron expulsados de la Unión de Escritores Soviéticos lo que conllevaba la prohibición de la publicación de sus obras y la denegación de las cartillas de racionamiento en un Leningrado devastado por la recién acabada guerra.
En 1962, fue propuesta para el Premio Nobel de Literatura. En 1964 recibió el Premio Internacional de Poesía y en 1965 fue nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Oxford. Se publicó en Moscú El correr del tiempo (1909-1965).
Tradujo las obras completas de Rabindranath Tagore en ocho volúmenes, al ruso. En castellano se publicó en 1965 una antología traducida por Nicanor Parra. Murió el 5 de marzo de 1966 de un infarto.
Su obra, que ha sido traducida a un gran número de lenguas, solo aparecióíntegra en Rusia en 1990, y nos ha dejado poemas maravillosos como el que tradujo María Teresa León:
Para muchos
Soy vuestra voz, calor de vuestro aliento,
El reflejo de todos vuestros rostros,
Es inútil el batir del ala inútil:
Estaré con vosotros hasta el mismo final.
Y por eso me amáis ávidamente,
Con todos mis pecados y flaquezas,
Y por eso me entregasteis sin mirar
Al mejor de todos vuestros hijos,
Y por eso no me preguntasteis
Por ese hijo ni una sola vez,
Y llenasteis con el humo de alabanzas
Mi casa ya vacía para siempre.
Y dicen que más estrechamente ya no es posible unirse
Y que más irreversiblemente ya no se puede amar...
Como la sombra quiere separarse del cuerpo,
Como la carne quiere separarse del alma,
Así deseo yo que me olvidéis vosotros.