Poesía en el ciberespacio, digital, electrónica…
¿Existe un modo a través de Internet y la cibercultura para hacer un nuevo tipo de poesía? Actualmente las nuevas tecnologías son ya parte de nuestra vida, han dejado de ser una posibilidad para ser una realidad en nuestra práctica cotidiana, y también en nuestra forma de entender el mundo y de reaccionar artísticamente, por ellos las vanguardias de hoy aprovechan lo digital.
Aunque en 1959 ya se hizo un primer intento de poesía computacional, cuando el ingeniero Théo Lutz y el lingüista Max Bense consiguieron generar los primeros versos por ordenador, las verdaderas raíces de la poesía digital se encuentran en las vanguardias de principio del SXX, y en la poesía oral, visual, sonora y potencial (la poesía del OuLiPo, con el libro Cien mil millones de poemas, de Raymond Queneau, el cual propone 10 sonetos cuyos versos son combinables y riman entre sí, dándose así hasta 100.000 millones de combinaciones posibles), pero también en la experimentación de la década de los setenta: el collage, la técnica cut-up etc. En el texto electrónico el poeta asume ahora también el papel del programador, y su creación consiste tanto en el texto que vemos en la pantalla como en todos los algoritmos y códigos en los que se basa. Tal vez nunca ha sido tan clara la naturaleza efímera de la poesía ya que la poesía electrónica, fundamentada en un soporte inestable, es potencial, es decir, se hace acto tan sólo en el momento de la lectura.
En el caso de la literatura digital el ordenador deja de ser una herramienta de escritura y se convierte en el espacio vital de la obra. Como dice Raine Koskima: “La diferencia entre un texto impreso y uno digital es simple: el primero es estático, y el segundo, dinámico”. También hay antecedentes de la literatura que emplea técnicas digitales, como la narrativa hipertextual (el hipertexto es un conjunto de textos relacionados entre sí mediante enlaces, por lo cual no existe una versión única, lineal, sino que hay diferentes soluciones posibles, en las que influye también el lector; sus prototipos son obras como Rayuela de Cortázar o Pale fire de Nabokov), la poesía interactiva, las enciclopedias multimedia, etc.
Una muestra de estas posibilidades es el trabajo de Benjamín Moreno Cortés que, con motivo del centenario del natalicio de Octavio Paz, creó un archivo –colgado en el sitio Soundocloud- una muestra de poesía digital en la cual se podía escuchar al único Nobel de Literatura mexicano recitar con su propia voz fragmentos de canciones como “La puerta negra”, “Vivir sin ti” e incluso algunas de Álex Lora https://soundcloud.com/brmoreno/triste-canci-n-octavio-paz
Para ello tomó palabras de conferencias y entrevistas de Octavio Paz y las enlazó digitalmente para que formaran las canciones anteriormente citadas, con lo que pretendía mostrar cómo en voz de Octavio Paz nuestra lectura cultural cambiaba. Moreno ya había publicado en 2009 su novela en Tierra adentro, cuyo desenlace es una serie de imágenes que pueden ser interpretadas como poesía visual y actualmente trabaja en un videojuego.
Está claro que los nuevos soportes nos presentan oportunidades que ni siquiera nos podemos imaginar aunque para nada amenazan la existencia del formato impreso. La poesía digital tan solo transforma, dialoga, (y no elimina), la literatura tradicional.