“Cuando estás en el baile, bailas” de Galgo Cabanas
Editada por EDAF,S.L.U.
Cuando estás en el baile, bailas es la novela de Galgo Cabanas —seudónimo de Mario Santos y Óscar Sipán, dos escritores cuyo oficio coincide con el de editores—, que ganó en 2012 el Premio Ciudad de Getafe, como resultado del concurso literario XVI Premio de Novela negra con el patrocinio del ayuntamiento de dicha ciudad. Una novela escrita entre los dos, que nos relata una historia funesta, fatal, no solo en el sentido más etimológico de los términos, sino también desde el punto de vista que ya previeron los filósofos estoicos. Lo que se transforma es en definitiva una vuelta a lo mismo. Desde una concepción pesimista del mundo (una ciudad indeterminada abocada al caos y a la destrucción, señoreada por la corrupción, el abuso, la violencia y la explotación) y del género humano (los personajes de la novela), que no tiene escapatoria posible, Galgo Cabanas nos presenta, desde el un punto de vista Nietzscheano, unos personajes incapaces de desligarse de la fatalidad de todo lo que fue y será. Cualquier intento de alcanzar “un ideal de hombre” o un “ideal de felicidad” o un “ideal de moralidad” tiene que conducir al fracaso. Si alguien es capaz de saber cuáles son los vientos adecuados y sabe poner la vela para navegarlos, está fuera de lugar, porque hace lo imprevisto al tratar de subvertir el orden. “La mayoría de las personas nunca saben que viento les sopla. Trabajan, comen, cagan, hacen el amor y acuden a emborracharse los viernes de paga” —dice el corrupto más poderoso de esa ciudad corrupta—. El ser humano se diferencia de las ovejas en que no damos lana. Ya se pueden poner esos revolucionarios como se quieran poner, que eso no cambiaría nada.” No falta en la novela el vidente, que puede predecir el futuro de quien intenta apartarse de la ley inexorable, para descubrir al personaje capaz de elegir y tomar sus propias decisiones. Un personaje libre como el viento, que produce vértigo, pero igualmente trágico. Galgo Cabanas sitúa al protagonista principal —un sastre enamorado, atormentado por la necesidad de saber y por el amor—, en una especie de limbo sin ningún compromiso que no sea él mismo y el miedo; en la encrucijada del que va por la vida sin enterarse de nada, utilizado por unos y otros, de uno u otro bando, a quienes sirve mientras paguen, aunque no sea el precio justo. La novela es corta, pero muy intensa desde todos los puntos de vista. Utiliza un lenguaje muy rico en palabras y en metáforas más allá de los lindes del lirismo, tanto que su lectura resulta muy placentera. Sus personajes, de una extraordinaria fuerza, están descritos con pinceladas impresionistas, pero exactas y justas. La trama, sin seguir los patrones clásicos de la novela negra —podría muy bien no serlo—, se desarrolla dentro del género negro y resulta un acierto que delata el buen oficio en un escritor simbiótico. Siempre digo que cada libro tiene su música, y sin ninguna duda éste lo tiene para mí desde la primera línea hasta la última. Quizás porque en los altavoces de la micro cadena sonaba “A Felicidade”. Un tema que rezuma tristeza, y gota a gota iba impregnando una lectura que nunca ha dado pie a la risa ni a la inocencia. La tristeza no tiene fin, la felicidad sí. “La vida es a veces una perra.”
© Bárbara Fernández Esteban. Mayo 2013.