LA REPETICIÓN EN EL AFECTO Bosquejo analítico del cuento Con el desayuno de Juan José Saer

“Al llegar a su término, por ahora indeterminable, todos aquellos conocimientos que hayamos logrado adquirir en nuestro camino, por mínimos que parezcan, se encontrarán transformados en poder terapéutico" Sigmund Freud (1916-17) xvi conf. Psicoanálisis y psiquiatría

Al recorrer el cuento de Juan José Saer, Con el desayuno (1998) nos preguntamos si, en verdad, la reiteración produce un efecto apaciguador, y si a través de la repetición se podrán minimizar los efectos de la barbarie o de cualquier huella traumática de complicada factura. Traer las aberraciones más humillantes, que nos ha tocado vivir en nuestra condición de humanos, desde cualquier vertiente expresiva ya sea literatura, cine, danza o actos de la vida cotidiana, por ejemplo, tiene como objetivo una vía de sublimación, o por el contrario se debilitan hasta banalizarlas. Para ello tomamos como punto privilegiado de arranque, a un maestro en el empleo de este recurso iterativo que, tal y como está aplicado en esta narración, podrá abrirnos algunos caminos en el discernimiento de este acercamiento analítico. Juan José Saer (Serodino, 1937 - París, 2005), comienza estudiando derecho pero no lo concluye y a partir de 1962 emprende su desempeño en la docencia; primero en la Universidad Nacional del Litoral, donde enseñó historia del cine, crítica y estética cinematográfica, después en Francia donde dictó clases de literatura y adonde habría viajado en 1968 por motivo de una beca. Este país se convertiría en su residencia definitiva. Se casó en dos ocasiones y tuvo dos hijos. Falleció en París un 11 de junio de cáncer de pulmón. Su obra abarca: un compilado de poemas que encontraremos en El arte de narrar (1977) además de doce novelas, cinco libros de cuentos y cuatro de ensayos. Con su novela La ocasión (1987) recibe el Premio Nadal. Póstumamente se publicaron: La grande (2005), Trabajos (2006) y una colección; Borradores con los documentos encontrados en su escritorio, que han sido denominados: “Fondo Saer”. El primer tomo Papeles de trabajo (2012) contiene material manuscrito, una obra paralela que acompaña la obra édita, al decir de Julio Premat. A través de ella nos enteraremos de que El limonero real (1974), en su gesta diez años antes, se llamaba Los limones bajo la luna (1964) o La grande, veinte años antes había sido concebida como El intrigante. La narrativa de Saer ha sido emparentada con la corriente francesa del nouveau roman_, pero si bien tiene en común con ellos la búsqueda de la evolución del género novelesco, no podemos incluirlo en ningún movimiento ya que se mantuvo al margen de cualquier tendencia y su afán era el de cultivar un estilo propio_. Fue sin duda este motivo, el que provocó la dilación de su popularidad. Hoy es considerado uno de los ensayistas y novelistas más influyentes debido a su originalidad.Él mismo, en sus entrevistas, manifiesta abiertamente qué autores lo inspiraron y a cuales admira profundamente. Entre quienes podemos incluir, en una lista no exhaustiva, a Franz Kafka, William Faulkner, Antonio Di Benedetto, Cesare Pavese, Gustave Flaubert o el filósofo alemán Theodor Adorno. El cuento Con el desayuno (1998) pertenece a Lugar (2000), libro compuesto por veintiún cuentos. Seis de ellos refieren a la “zona” con seres del universo saeriano, como Pichón, Tomatis o Barco, que regresan de anteriores escritos y otros personajes nuevos que cobran vida; como Nula que se presenta nuevamente en La grande. Los otros quince cuentos evocan lugares inespecíficos del resto del planeta, que no obtienen el estatuto descriptivo de su tierra natal, pero lo emplea para transmitirnos la globalización y una mirada de Saer más abarcadora, si bien el autor vindicó siempre desde las letras el lugar Argentino. María Teresa Gramuglio_ ha intentado encontrar una relación entre las unidades que componen este libro, con el resultado de la aleatoriedad, y aunque se desdice de su primera impresión de “rejuntado”, hallará coherencia antológica en las temáticas sobre historias familiares reconciliadas y en la recuperación del tiempo perdido. Hipotetiza, también, cierta intención del autor de seguir experimentando sobre su estilística poética. Sin embargo, entre uno de los cuadernos encontrados hay uno dedicado a la diagramación de este compendio que integra hasta las etapas de trabajo. Porque otra inquietud del autor es “elegir con el tiempo cuál es la palabra justa y necesaria que debe decir”_. A Juan Carlos Mondragón, refiriéndose a Lugar, le parece que: “Es coherente que, en el plan del libro, el relato Con el desayuno tenga una ubicación central, de donde irradia no sólo la confirmación de la “vertiente antropológica”, el parentesco de los temas tratados, sino incluso la adecuación formal”_. Goldstein, un hombre de 76 años de origen judío, sobreviviente de los campos de concentración nazis, es internado durante dos años, por el triple delito de ser “judío, comunista y miembro de la Resistencia”. Con su librería alquilada y pocos compromisos sociales “Es por lo tanto el día, desde la mañana bien temprano cuando se despierta hasta que anochece, lo más difícil de llenar”. Después de una “ducha tibia”, porque Goldstein “es un viejo limpio y jovial” desayuna en el bar Tobas, sito en la encrucijada de las avenidas Pueyrredón y Córdoba, todas las mañanas desde hace doce años. Por un lado esta rutina lo conforta por el tiempo que le insume, facilitándole el pasaje diario; por otro se le impone contabilizar mentalmente las masacres de la humanidad “¡Que no haya eternidad, y si hay, que no haya, al menos, en ella, asociaciones!” se repite Goldstein abrumado por esta sumatoria compulsiva que le resulta inevitable. En la quietud de la escena, y mientras sopa las medialunas en el café, se le disparan a Goldstein algunos planteos existenciales y antropológicos, llegando a varias conclusiones: “El crimen, la tortura, las masacres, definían mejor a la especie humana que el arte, la ciencia, las instituciones” y acerca de sí mismo “estar vivo…parece improbable, ficticio, fragilísimo, y su precariedad misma hace bailar, durante una fracción de segundo, al universo entero en el filo del abismo”. Para Umberto Eco “un título ya es una clave interpretativa (…) los títulos que más respetan al lector son aquellos que se reducen al nombre del héroe epónimo”. Pero también en esto el autor dejará su sello singular, porque en el “Fondo” se encontraron “muchísimos tanteos en las denominaciones de los libros o relatos”_ Un hecho llamativo en J.J.Saer es el efecto paradojal de sus títulos. Así en una cotidiana comida encontramos tal magnitud de barbarie, textual e intertextual_, que nos desestabiliza y nos lanza a un abismo ontológico. Podemos observar una contrariedad del mismo orden en De un fin de semana, donde un crimen brutal salpica el escenario, o en Cicatrices, donde son esperables hechos descarnados que dejarán las perdurables marcas, aunque al repetir el mismo crimen y posterior suicidio desde cuatro puntos de vista diferentes, se produce el consecuente desgaste en el acontecimiento traumático; tema que tratamos como hipótesis en el presente trabajo. Bajo este inofensivo título, desprovisto de cualidad indicial_ para el lector, el autor nos paseará ante un desfile interminable de cadáveres. En cuanto al título del libro que lo contiene Lugar, son tan numerosos los sitios que menciona en los veintiún relatos, que más pareciera hablarnos de un lugar tan expandido como pueda ser el Planeta Tierra, aunque sigue privilegiando su país, sus costumbres, su lengua y su gente: “su lugar de pertenencia”. Por ejemplo, en este desayuno se pone de relieve el nombre del bar “Tobas”, los usos y costumbres, detallados, de un desayuno en la ciudad de Buenos Aires, y en buena parte del resto del país. El mozo_ catamarqueño introduce sus giros lingüísticos. No abundaremos en detalles porque han sido ampliamente tratados por insignes autores_. Baste señalar aquí que se trata de títulos enigmáticos o simbólicos, porque encubren o representan un hecho, situación o persona. Este cuento se lo dedica a Juan Carlos Mondragón, colega, escritor, vecino en París y en Argentina, ya que es de nacionalidad uruguaya. Pocas son las ocasiones en las que el propio sujeto de la dedicatoria literaria, se convierte en crítico de la obra que le dedicaron. Es el propio homenajeado, el que elige este libro para su exposición y que pone a Con el desayuno en el lugar central de esta antología. Historia y discurso Con el desayuno es un texto que tras un escenario simple y cotidiano, cuenta, por activa o por pasiva, todas las masacres de la humanidad que acontecieron en el siglo pasado; ya que aquellas que Goldstein no enumera también nos las cuenta. Por si faltaban muertos reales, nos trae algunos de la ficción a través de La divina comedia (canto 3, Infierno) de Dante Alighieri. Desde este punto de vista el autor remite a cuestiones antropológicas sociales “esos dos años representaban para él su diploma ‘con felicitaciones del jurado’ en antropología” y nos confronta, como seres humanos, a lo que nos falta por hacer, porque el hombre aún considerándose civilizado, todavía no está representado por sus manifestaciones culturales. Recordemos que en este canto cuando Dante le pregunta al Maestro Virgilio, por los que sufren (en el tramo que Saer refiere), III. 22-69. Están atravesando el círculo de los "neutrales", los indiferentes al bien y al mal, que "sólo para si fueron", los indolentes o cobardes, los que no toman partido y sólo cuidan de si mismos. Virgilio da explicaciones y muestra su desprecio que se manifiesta en el creciente castigo de moscones y avispas, y de las inmundas lombrices que pisan. Dante se asombra de que sean tan gran multitud.  Estos no esperan morir, Questi non hanno speranza di morte  y es tan villana su ciega vida e la lor cieca vita è tanto bassa, que envidiosos están de cualquier otra suerte. che 'nvidiosi son d'ogne altrasorte. De ellos no queda fama en el mundo, Fama di loro il mondo esser non lassa; misericordia y justicia los desdeñan: misericordia e giustizia li sdegna: …………………………………………               De pronto comprendí y certeza tuve Incontanente intesi e certo fui de que esta era la turba de los cautivos che questa era la setta d'i cattivi, a Dio spiacenti e a' nemici sui. que desagradan a Dios y a sus enemigos. Questi sciaurati, che mai non fur vivi, Los desgraciados, que nunca fueron vivos,                                               …………………………………………..                  Desde lo social irá a lo individual, y le surgirá al personaje la pregunta acerca del por quéél está vivo contabilizando un número ingente de cadáveres. La compulsión a la repetición y la enumeración, serán las herramientas que usa el protagonista para mantener controlada la angustia flotante que siente desde hace doce años, todos los días. El desenlace de este relato se produce cuando Goldstein consigue entender el origen de su asociación, y puede reemplazar la angustia con una “impresión extraña” que interpretaré como una suerte de vértigo. Encuentro en este punto de la historia_, vertientes similares a la inquietud existencial en la obra de Milan Kundera, La insoportable levedad del ser. Goldstein psicológicamente hablando, pasa de un período de negación: En cierto sentido los campos nazis, por la manera en que se había organizado el trabajo de los prisioneros, piensa Goldstein, representan un ejemplo avant la lettre de lo que podría llegar a ser la última etapa de la llamada desregulación del mercado laboral. (...) Los dos años que pasó en el campo de concentración, si bien fueron en su momento una intolerable pesadilla, al poco tiempo de salir, Goldstein, aunque parezca mentira, empezó a considerarlos como un azar favorable en su vida. (...) Si al final de la guerra se hubiese encontrado sin esa experiencia, sus prejuicios optimistas hubiesen seguido distorsionando su percepción de la realidad. a uno de angustia: Es por lo tanto el día, desde la mañana bien temprano cuando se despierta hasta que anochece, lo más difícil de llenar.(…)Después de la vacilación matinal, ante las interminables horas que se avecinan. que resuelve con mecanismos de neurosis obsesiva: Esta ceremonia que se repite todas las mañanas desde hace tantos años…en su caso sólo se trata de mecanismos asociativos autónomos, casi mecánicos que, todas las mañanas, después del desayuno, se instalan en su interior (…) Los cálculos más absurdos agitaban sus pensamientos, y consideraba todos esos crímenes no desde el punto de vista de la compasión o de la ética, si no en cuanto a la cantidad de víctimas en relación con la extensión en el tiempo de las masacres, como si se tratara de un problema de álgebra. Goldstein se percata de que estar vivo o muerto es una cuestión azarosa. “Los nazis estaban a punto de fusilarlo por tentativa de evasión, cuando justo llegaron los aliados” Carriles El nudo del relato _discurso según Todorov y Barthes_ es la violencia y las masacres del siglo xx, y contiene los siguientes núcleos narrativos:        La Segunda Guerra Mundial Cuyo informante aparece en la primera línea. “Goldstein tenía 21 años en 1943 cuando lo deportaron a un campo de concentración...” Según Roland Barthes los informantes sirven para salir del ámbito de lo abstracto y conferirle una apariencia de realidad, son datos puros, significantes inmediatos. Es el primer recurso que utiliza para anunciarnos la seriedad del tema a tratar, así alejando la ficción de la realidad confiere al cuento una entidad filosófica. Se produce un punto de inflexión entre “(que no encontraron ni un solo soldado alemán en todo el campo),” y “de modo que esta mañana, mientras” donde retoma la línea más ficcional. Siguiendo a Barthes y relacionados a la Segunda Guerra Mundial, se considera la siguiente secuencia: deportaron - campo de concentración -campos nazis – alemanes – guerra – enemigos – campos nazis – prisioneros – salvar la vida – nazis - fusilarlo – evasión – aliados - soldado alemán – campo - crimen – tortura –masacres – batallas – exterminados – verdugos – sufrido - intolerable pesadilla. El segundo significado del significante es la concentración de la rutina, que será otro de los ejes y elemento de la hipótesis que nos ocupa. La rutina, la repetición La repetición_ es un problema fundamental en el pensamiento de Soren Kierkegaard, considerado el padre del existencialismo. la nueva filosofía enseñará que toda la vida es una repetición (…) Repetición y recuerdo constituyen el mismo movimiento, pero en sentido contrario. Porque lo que se recuerda es algo que fue, y en cuanto tal se repite en sentido retroactivo. Sigmund Freud se pregunta por la funcionalidad que tiene para el psiquismo, e intenta dar un fundamento al impulso de repetir actos, pensamientos, sueños, juegos, escenas desagradables o dolorosas. Lo va a denominar “compulsión a la repetición” (Wiederholungszwang) y la primera mención la hace en Recordar, repetir, reelaborar (1914). Habla de la repetición en los niños y en los pueblos primitivos en Introducción al narcisismo (1914) señalando la función autoerótica_. En Mas allá del principio de placer (1920) Freud abandona la idea de la mera compulsión y avanza con la hipótesis de la pulsión de muerte, lo que estaría más allá del principio del placer. Trabaja sobre la vida onírica de la “neurosis traumática” (enfermedad que se incrementó durante la guerra) los pacientes soñaban una y otra vez con la situación que había provocado su enfermedad, objeta este tipo de sueños (con respecto a la afirmación de que todo sueño era la realización de un deseo)_ ya que en estos casos no cumplimentaban un deseo sino una función homeostática libidinal. Otro elemento repetitivo que tiene en cuenta en este escrito, es el del Fort-Da. Basado en la observación de su nieto de 18 meses, tirando el carretel y volviendo a tomarlo cada vez que la madre se ausentaba. Freud concluye que el niño trataba de no sufrir pasivamente las desapariciones de la madre, y así recurriendo a la motricidad y al aparato fonador (ya que lo acompañaba de los sonidos ooooo-daaa) conseguía ser el autor de estas separaciones forzadas. De ahí deduce que la compulsión a la repetición hace posible elaborar la experiencia traumática. Jacques Lacan (1966) retoma la repetición desde Freud y considera que “el inconsciente no se satisface sino con volver a encontrar el objeto profundamente perdido” de donde surge la necesidad de una repetición abocada a un imposible. Es por eso que Lacan señala que la esencia del significante es la diferencia. La compulsión de repetición se estructura en torno a una pérdida, por cuanto lo que se repite no coincide con el producto del acto reiterativo. Lacan introduce el concepto de trazo unario, para mostrar ese rasgo que siempre se está evocando y que se repite porque nunca llega a ser el mismo. En ese caso la repetición articularía una posible defensa frente a aquello que no puede ser soportado: el vacío absoluto, el desmoronamiento psíquico. Jean Laplanche & Jean-Bertrand Pontalis en el Diccionario de Psicoanálisis definen la repetición como: A) nivel de la psicopatología concreta, proceso incoercible y de origen inconsciente, en virtud del cual el sujeto se sitúa activamente en situaciones penosas, repitiendo así experiencias antiguas, sin recordar el prototipo de ellas, sino al contrario, con la impresión muy viva de que se trata de algo plenamente motivado en lo actual. B) En la elaboración teórica que Freud da de ella, la compulsión a la repetición se considera como un factor autónomo, irreductible, en último análisis, a una dinámica conflictual en la que sólo intervendría la interacción del principio del placer y el principio de realidad. Se atribuye fundamentalmente a la característica más general de las pulsiones: su carácter conservador. Hasta aquí hemos podido ver algunos puntos de vista sobre la repetición que bordeaban la hipótesis de este trabajo, pero la respuesta nos la revelará el propio Goldstein en el relato, hablándonos acerca de la naturaleza de estas repeticiones: “esa asociación inconsciente y autónoma, cuya causa precisa (…) no podía descubrir, se apoderaba de él todas las mañanas” y de su efecto: “que se fue acostumbrando a su presencia, hasta gastar la angustia que la acompañaba”. Lo religioso Otro núcleo lo encontramos en la religión y en la ausencia de ella, ya que Goldstein “se definía a sí mismo como ateo y materialista”. Función concentrada en un solo párrafo, cuyo único indicio es el “ser judío” de la primera línea. A diferencia del tratamiento con los otros ejes, para la fe, los dioses y la religiosidad utiliza un tono iconoclasta con tintes nietzscheanos, sin embargo, es el párrafo más lúdico del cuento los dioses no salían indemnes de ese carnaval que desfilaba en su mente todas las mañanas (…) sus fieles estuviesen en el campo de las víctimas o de los verdugos, que muchas veces cambiaban de papel según las circunstancias (…). Muchos desaparecían o, con los cambios de sus adoradores, cambiaban de signo, perdiendo su identidad o sus atributos más importantes, y otros revelaban aspectos ocultos en los que hasta ese momento nadie había reparado… Era probable que muchas veces hayan huido aterrados (…) porque la indiferencia con la que abandonaban sus creyentes a la crueldad de sus verdugos era, a decir verdad, abominable (…) montones de dioses (…) se borraban para siempre con el universo que habían creado. (…) Y si los sobrevivientes (…) seguían adorando a los dioses que habían permitido que tales cosas sucedieran, no solamente profanaban la memoria de los que habían desaparecido, sino que se ridiculizaban y, por esa misma razón, también volvían ridículos a sus dioses. El orden, los números En cuanto a la obsesión por contabilizar remite a un método, a una colocación, y se asocia de nuevo con la repetición que permite imponer cierto orden, definir límites y atribuir algo de sentido a un conjunto de elementos. En El malestar en la cultura, Freud vuelve a esta idea del orden y nos dice que es una especie de compulsión de repetición (die Ordnung ist eine Art Wiederholungszwangen). Es interesante subrayar esta idea del orden, pues remite al concepto de serie, tal como se encuentra en matemática. Incluso al repetir lo mismo, la nueva experiencia se inscribe como distinta. Tomaré una licencia poética, para rescatar la siguiente secuencia: 21 – 1943 – triple – ni un solo - setenta y seis – cinco – tres – 76 años – dos años– Media – Once –último – pocos – todas – tantos – pocos – tantos – todas – contabiliza – otras – agregando – enumera – cantidad – tantos – contabiliza –únicamente – todos – (1.300.000) (6.000.000) – (600.000) – (cifra desconocida) –(800.000) – (300.000) – (500.000) – (170.000) – totalidad – varios millones – varias decenas – centenas – miles – ningún – cerca de sesenta – veinte – treinta – serie – Muchos – más – primeros – primer – primeros – cálculos – otros – inmensa mayoría – serie – primeros – primer – primeros – cálculos – todos – cantidad – extensión – tiempo – problema de álgebra – tantos meses – tantos años – primer término – primeros tiempos – interminable – fracción de segundo – universo entero – dos años – momento – poco tiempo – 21 años – dos años – dinero suficiente – dos avenidas – años – menos – Son todas las unidades que expresan idea de cantidad, dentro del relato. El infierno, las guerras, las masacres, lo siniestro Podríamos decir que el personaje solo contabiliza lo que podríamos llamar: muertos arbitrarios_, fuera quedan los caídos en batallas, los muertos por enfermedad, por suicidio, ejecutados por sus crímenes, los fallecidos en accidentes, aún con todo había “Tal cantidad de gente, que nunca hubiese creído que la muerte deshiciera a tantos”. Tras la negación del drama que le había tocado vivir, el viejo judío sobreviviente, se ve compelido a contar otros muertos, para que de entre esas repeticiones imposibles_ se origine ese trazo unario, que sería su propia vida. No lo mataron , porque (…) eran campos de trabajo. En cierto sentido los campos nazis, por la manera en que se había organizado el trabajo de los prisioneros, (…) representan un ejemplo (…) de la llamada desregulación del mercado laboral. …Goldstein está convencido de que fue su condición de mano de obra barata lo que le salvó la vida. Encontramos la primera contraposición, porque acto seguido nos cuenta: “los nazis estaban a punto de fusilarlo por tentativa de evasión” otra contraposición son los escenarios sangrientos de sus asociaciones que compara con el infierno, saliendo de la mente de este viejo limpio, jovial, afable, generoso y responsable. Los dos años (…) al poco tiempo de salir (…) comenzó a considerarlos como un azar favorable (…) sin esa experiencia, sus prejuicios optimistas hubiesen seguido distorsionando su percepción de la realidad (…) Ante sus interlocutores perplejos, (…) afirmaba que, (…) en tanto que pensador esos dos años representaban para él su diploma (…) en antropología. Y vuelve a negar el sufrimiento. Freud en Consideraciones actuales sobre la guerra y la muerte (1915) se interroga sobre las pulsiones, la destructividad, el odio y de como la muerte es representada en la mente del ser humano. En Lo ominoso (1919) a partir de un ensayo de Ernst Jentsch (1906) descubre la clave para comprender lo siniestro y echa luz sobre los opuestos que generan, atracción y repulsión, miedo y familiaridad, comodidad e incomodidad. En alemán, unheimlich (inhóspito) incluye también a su antónimo: heimlich y que puede referirse a algo que nos resulta familiar, agradable, pero también a algo que está oculto, a algo unheimlich. Define a esta categoría como aquello que “no es efectivamente algo nuevo o ajeno, sino algo familiar de antiguo a la vida anímica, sólo enajenado de ella por el proceso de la represión” El filósofo alemán Friedrich Wilhelm Joseph Schelling_ dijo acerca de Lo siniestro “(Das unheimliche) nombra todo aquello que debió haber permanecido en secreto, escondido, y sin embargo ha salido a la luz”. Hallamos intertextualidad_ en el cine a través del director David Lynch_ en Carretera Perdida (1997), que trata de un hombre que se transforma en otro, acosado por la culpa de haber matado a su mujer. Argentinidad En este relato, como en todos los textos de Saer, observamos una vindicación de su cultura, en esta secuencia la encontramos en: “el mozo catamarqueño”; “los judíos aporteñados del Once y de Balvanera” en los giros del diálogo “que querés, Negro, me opio” en las medialunas y el café típicos de un “desayuno en un café de Buenos Aires” “el bar Tobas”_ Y en las dos grandes avenidas “Córdoba y Pueyrredón”. Otros ejes que no afectan al avance del cuento Psicoanálisis Este eje está representado, negativamente, sólo a través de indicios, “la hija menor que es psicoanalista” pero a su vez, es con la que peor se lleva. La alusión a las asociaciones “’¡Que no haya eternidad, y si hay, que no haya, al menos, en ella, asociaciones_!’ empezó a repetirse en secreto Goldstein”, descartada la ingenuidad del autor en esta materia, ya que fue un gran lector de Freud y Lacan. Desayuno Según Genette, todo relato es la expansión de una forma verbal, de acuerdo a esta afirmación la forma minimal de este cuento sería: Goldstein desayuna así como en La Odisea sería: Ulises volvió a Itaca o en A la búsqueda del tiempo perdido, Marcel llegó a ser escritor. Sin embargo y a pesar de que el ritual del desayuno ocupa casi un tercio del relato, en términos goldstianos el cuento tiene 2.222 palabras (incluyendo título y nombre de autor) y el desayuno y lo referido a él, 683. Sin embargo esto no va a ser un eje sino una catálisis. En la poética de este escritor, que viene del mundo cinematográfico, cumple una función de cámara de soporte, así mientras una cámara enfoca la acción, que habitualmente en la bibliografía de este autor pasa por la mente de sus protagonistas, (por lo que estaríamos hablando de un narrador omnisciente), tienes otra cámara fija que enfoca movimientos muy pausados, prácticamente inmóviles y tomando siempre un primer plano. La narración fragmentada y de manera no lineal, crea el efecto de ausencia de elipsis, con un detenimiento minucioso en cada detalle de las acciones narradas. Elipsis conceptuales En las narraciones de Saer, los acontecimientos referidos a lo político se inscriben de manera tangencial, desde los lugares subjetivos de sus personajes, como hemos podido observar en Glosa o en Cicatrices. En Con el desayuno esta marginalidad se convierte en una elipsis de contenido histórico, “Su hija mayor, que tuvo que irse del país con el golpe de estado del 76”. Retomando el carácter de lo siniestro, se entiende esta evitación con una intencionalidad de echar más luz sobre un tema que aún duele. Podría decirse la famosa frase de “brilla por su ausencia” o es probable que el autor se nos haya adelantado en la afirmación de la hipótesis del desgaste de los hechos a través de la repetición y haya decidido no mentarlo. También el holocausto está muy resumido, le insume menos palabras que el desayuno. Saer era admirador de Theodor Adorno autor de, entre otras, las conferencias de 18 abril 1966: “Educar después de Auschwitz” donde da las pautas para una educación espiritual tan completa como para evitar “esta repetición”, así como en el dictum sobre “La escritura después de Auschwitz” Nach Auschwitz, ein Gedicht zu schreiben, ist barbarisch (“escribir un poema después de Auschwitz es un acto de barbarie”), en el mismo sentido ontológico que nos muestra Saer en su cuento. No obstante ya Barthes aseguraba que “toda escritura política sólo puede confirmar un universo policial,….sólo pueden remitir a una complicidad o a una impotencia, es decir, de todos modos, a una alienación”_. Κρόνος Capítulo aparte, por su importancia, nos merece el tiempo en la obra de Juan José Saer. No sólo va a encontrar la palabra justa, sino que va a conseguir que nos detengamos en ella.      Dos líneas importantes hay que señalar a este respecto. Una es el orden temporal _del relato y sus anacronías_. En el cuento que nos ocupa, el relato transcurre durante 1998. Encontramos una analepsis externa con un alcance de cincuenta y cinco años y una amplitud de dos años, que es el tiempo que Goldstein permanece en el campo de concentración. Es homodiegética porque se apoya en el relato primero, también llamadas repetitivas o “rappels”. En este caso se trataría de una analepsis parcial porque realiza una elipsis sobre la vida de Goldstein. Nos servirá, tal y como dice Genette “…para la comprensión de un elemento determinado de la acción”_.                Una prolepsis podríamos encontrar en: “…es entonces el día, desde la mañana… lo más difícil de llenar”.    Otras analepsis externas son el exilio de la hija mayor durante “el golpe del 76” referido al período de la dictadura militar argentina, la muerte de su mujer hacía tres años, cuando dejó el negocio a dos de sus empleados, todas ellas heterodiegéticas. Todas las masacres que enumera, cumplen una función contable.   La línea que tiene que ver con los cambios de tiempo, es la que desde mi punto de vista hace la poética de este narrador, tan singular. Genette llama estos cambios anisocronías y las divide en dos formas básicas: aceleración y desaceleración , y en cuatro tipos pausa, escena, sumario y elipsis. Seymour Chatman_ añade un quinto tipo: el stretch o alargamiento cuando el tiempo del relato es más extenso que el tiempo de la historia. En el relato de la Segunda Guerra Mundial hay una aceleración, y en el golpe del 76 una elipsis determinada, por tener una duración diegética que no se ve reflejada en el relato, sólo se insinúa. Elipsis explícitas son: “Después de la vacilación matinal, ante las interminables horas que se avecinan” “dura un buen rato. El tiempo del desayuno adhiero a la propuesta de escena plena identidad entre el tiempo de la historia y el tiempo del relato.     Podemos ver como se dan en Saer prácticamente todas las figuras temporales y en ningún caso resultan casuales, como lo demuestra el hallazgo de sus papeles y cuadernos encontrados, donde con laboriosidad infinita registra cada fracción de segundo y su efecto sobre el mundo, las personas y la naturaleza. Probablemente supo el valor que el tiempo supone para la vida. BIBLIOGRAFÍA Saer, Juan José. Lugar (2000) Cicatrices (1969) El entenado (1983) Papeles de trabajo (2012). P.Bordieu en Les regles de l’art, op. cit., “Convertir la escritura en una búsqueda formal y material que apunte a escribir en las palabras más capaces de evocar, por su forma misma, la experiencia intensificada de lo real que las palabras contribuyeron a producir en el propio escritor” (p.159). Barthes, Roland. El grado cero de la escritura. Siglo XXI (1997). Kierkegaard, Soren. La Repetición. Pág. 10-11. Editorial JCE, 2004, Buenos Aires. Laplanche, Jean & Pontalis, Jean-Bertrand (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Traducción Fernando Gimeno Cervantes. Barcelona: Editorial Paidós. pp. 439-446. Freud, Sigmund. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu (1991). Lacan, Jacques. Escritos.Buenos Aires, Edit. Siglo XXI, 1991 Crespo, Salvador Teoría y Análisis de los discursos literarios. Universidad de Salamanca (2009). Alighieri, Dante. La divina comedia Lugar. La expansión de los límites. Cuestiones críticas

 

Autor: Mercedes Safont

 

 

 


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