Escritores de nuestro tiempo: María Cristina Santiago
María Cristina Santiago sobresale por su habilidad para fusionar los estudios académicos con la observación del mundo cotidiano, la originalidad de los enfoques y la solvencia en el manejo de las formas y el lenguaje. Hoy nos acercamos a su obra a través de Siempreviva, volumen de poesía de reciente aparición.
Entre la tierra y el cielo
(Este trabajo forma parte del estudio publicado por “Galerna – Revista internacional de literatura”. Montclair State University y The City College of New York)
La figura de Eva Perón ha sido caracterizada por su vertiginosa e intensa vida privada, por el poder político que alcanzara, la muerte a edad temprana y su posterior peregrinar como cadáver embalsamado por casi veinte años.
Más allá del personaje histórico, en la literatura argentina se han construido textos que muestran ese proceso de transformación que la lleva de personaje popular a mito. Los autores han tomado como materia la agonía final y las consecuencias que este hecho produjo.
María Cristina Santiago dedicó varios años a la investigación del tema, su libro Siempreviva es parte de los frutos de esa tarea.
Estructuralmente dividido en dos partes, Así en la tierra y Cómo en el cielo, nos invitan a recorrer los acontecimientos ocurridos desde el famoso acto en Plaza de Mayo (cuando renunció a su postulación a la vicepresidencia de la Nación) hasta los sucesos posteriores a su fallecimiento.
Elaborado a partir de la repetición como herramienta de construcción textual, los poemas son atravesados por el imaginario popular y la tradición literaria. Nos dice que, así como hay dos fases del personaje - viva o muerta - hay dos modos de contar - popular o letrado -.
En el primero, Así en la tierra, encontramos una Evita viviente, expresando juventud y belleza en su etapa final: la enfermedad que la derrumba igual que a sus sueños.
En la segunda, Como en el cielo, muerta, manifiesta la manipulación, el poder del estado corrompiendo lo que toca, borrando los nombres para que desaparezcan. Es la mártir agraviada y dañada por fuerzas maléficas encabezadas por las figuras masculinas, Perón, Moore Koennig y Ara.
No se pronuncia su nombre, es el devenir y el destino de un cadáver que ha trascendido lo político y lo histórico. “Ella” se convierte en mito, será la eterna representante de los excluidos. La escritura formaliza el pasaje de Eva a la inmortalidad. El momento en que el cuerpo se convierte en alma superando a la muerte como acto final.
Inasible, innombrable, sabemos de quien se habla por aproximación y por el juego de la elipsis. Los hechos, los personajes que la rodean y las fábulas populares que la tienen como figura central nos permiten asirla, acercarnos, conocerla.
Las visiones son fragmentarias. Dan cuenta de algunos episodios paradigmáticos en su historia. El discurso del renunciamiento, su llanto frente a la multitud de la plaza; el General Perón; el Dr. Pedro Ara y el embalsamamiento; el Coronel Moore Koening y la desaparición del cadáver; la hora de la muerte, el funeral, las colas de sus seguidores esperando para verla; el efecto de sus discursos, el ocultamiento detrás de la pantalla de cine, la sepultura en Italia con otro nombre, su infancia, el teatro.
Santiago muestra un mundo que se siente amenazado por la locura de lo extraño: desde los bordes es posible minar el poder estatal. “Ella” es la reina, la primera, la única, “la siempreviva”. Plantea el margen enfrentado al centro, desde varios aspectos.
Por revelarse al orden establecido, desde la clase y el género, debe pasar múltiples castigos. Se le quita el nombre. Pierde la identidad y el reconocimiento.
Se trata de un cuerpo que sufre marcas y cortes realizados por quienes intentan poseerlo. La mutilación es convertida en vasallaje.
Se esconde el cadáver, “Un barco se la lleva/…/para que no se lea/la peligrosa/condición de su nombre”.
Además se propone un paralelismo con el caudillo riojano Facundo Quiroga. Ambos lucharon infructuosamente por acceder a un lugar vedado, muriendo en el intento. Eva como Facundo, explicitan y llevan al máximo la tensión del ideologema civilización/barbarie.
La autora resalta el enfrentamiento sutilmente. Como un juego de espejos lo vemos en todos los niveles: el personaje popular contra el estado. Versiones populares contra versiones oficiales. Los mitos y las historias orales sobre ella frente a la escritura canonizada y tradicional, Borges, Walsh, Posse, Tomas Eloy Martínez. La calle contra la academia, “tanto abuso de palabras/si al fin de cuentas/somos/tan sólo esto. /Perdidos en el magma/de la historia”.
La poesía funciona como texto coral, los hechos son uno y el mismo: la reiteración en todos los tiempos del sometimiento que intenta el poder de turno sobre los excluidos de turno. El mito del eterno retorno ha mutado, “su cuerpo sacro/incorruptible se recicla/como se recicla la basura/de los cartoneros”.
Hay otras realidades, no sólo las que cuenta el discurso oficial, la autora propone al discurso poético como la llave para espiarlas y entenderlas. El dominio del lenguaje y las formas, le permite dar cuenta de la transformación de materia en espíritu.
“Qué hay detrás de los héroes/sino gente de dudosa estirpe”, debemos buscar a los héroes en los márgenes. Gracias a su conocimiento del tema y la maestría que la caracteriza, Santiago lee la historia desde la poesía. Devela y revela otro lugar - nuevo, sagaz e inteligente - desde donde mirarla.
Noticia biográfica
Nació en Buenos Aires, ciudad donde reside. Profesora en Letras (UBA), tiene un lugar destacado como poeta, narradora, traductora y editora. Miembro de la Fundación Nusud, del consejo de redacción de la revista “El desierto”, codirectora de Libros de Alejandria, colabora con los principales medios locales e internacionales.
Participó en la organización de la Antología Oral de la Poesía Argentina, en el Centro Cultural San Martín.
Entre sus múltiples publicaciones, destacamos los libros de poesía: Soy el lugar de las apariciones, Fuera del serrallo, Vidrieras de Ámsterdam, El libro de las aguas, Siempreviva. Además de la nouvelle Lucía, por mirar de reojo, obra pionera en su género que la hizo acreedora de elogiosos comentarios y estudios críticos.
Fue incluida en innumerables antologías locales y extranjeras. Obtuvo cuantiosos premios, entre ellos Fondo Nacional de las Artes 1995, jurado integrado por Joaquín O. Gianuzzi, Manuela Fingeret y Esteban Moore.
Cristina Daniele
Licenciada en Letras