“Testimonio y emoción” Sobre “Cúmulos de Plutonio” de Felipe Sérvulo

“Testimonio y emoción” Sobre “Cúmulos de Plutonio” de Felipe Sérvulo

Introducción

El cielo era claro aquella mañana del 6 de agosto de 1945, seguramente nadie pensaría que en minutos ese cielo claro se transformaría en una espesa nube que cubriría y arrasaría con todo a su paso. El bombardero B29 que recibió el nombre de Enola Gay, transportaba en su interior una bomba que se denominó “Little Boy” un pequeño niño que traería la destrucción y la muerte de miles de personas. Hiroshima fue arrasada, el saldo de víctimas, enorme, se habla de más de 80.000 muertes directas por las explosión y otras 50.000 que ocurrieron posteriormente por los efectos de la radiación, muertes que se seguirían sumando a través de los años y como si esto no hubiese alcanzado, tres días después una bomba aún más potente se lanzó sobre la ciudad de Nagasaki ocasionando más de 50.000 muertos directos y las mismas secuelas en los años posteriores. Una trágica historia que deja ver lo más oscuro de las especie humana. La historia detrás de la historia. “Hibakusha” que se podría traducir como “Persona bombardeada” fue el nombre que recibieron los sobrevivientes a la explosión, y en muchos casos fueron víctimas no sólo de consecuencias trágicas asociadas a la reacción de su organismo ante la radioactividad, sino a la discriminación, por temor a que pudieran contagiar los efectos de esa misma radiación. Y aquí entramos en el nudo de la historia que Felipe Sérvulo desarrolla en su poemario “Cúmulos de Plutonio” y esta historia es la de Sadako Sasaki una niña de 2 años que sobrevivió al bombardeo de Hiroshima, una Hibakusha pero que moriría 10 años después, un 25 de octubre de 1955, con un diagnóstico de leucemia como consecuencia de la “lluvia negra” Cuando fue internada, su amiga Chizucho, le contó la leyenda de “Sembazuru”, que afirma que aquel que realice mil grullas de papel (origami) podrá pedir un deseo y se le concederá. Sadako comenzó a hacer sus grullas, pero la muerte la sorprendió cuando había alcanzado la grulla 644, sus amigas continuaron su labor y hoy cerca del epicentro donde se produjo la explosión hay un monumento que conmemora a la pequeña Sadako donde personas de todo el mundo depositan sus grullas de papel como homenaje a la paz mundial. Un poemario como testimonio “En la distancia / Sadako ya despierta / Canje de sueños” Felipe Sérvulo Con este haiku comienza el libro que Felipe Sérvulo desarrolla, dejando un testimonio de lo que no debe volver a pasar, dejando un testimonio del horror de la masacre, pero a la vez una esperanza de paz duradera, esa que parece no acompañar las acciones de los hombres. Sin embargo este testimonio, esta voz que clama y nos recuerda aquella trágica historia, no pierde en ningún momento el halo de la poesía, como si cada una de sus palabras fuese una grulla que vuela y vuela hasta llegar a ese lugar, hoy mágico, donde el espíritu de Sadako descansa en espera de un mundo mejor. El poeta recorre un camino que lo lleva desde las costas españolas de Castelldefels hasta la lejana Hiroshima, busca un monumento, busca un nombre, porque no es el que viaja sin saber, sabe que busca, sabe que lo espera un recuerdo de muerte, pero sobre todo una esperanza de paz. NO SOY como el que viene y no sabe ni tu nombre Dice Sérvulo, que quiere dejar su grulla de papel como tantos otros, que viajan desde lejanos países para depositar su ofrenda de paz. Y escribe: Recuerdo la primera vez que vine a verte; también era 6 de agosto y los niños correteaban junto al pebetero rompiendo el pacto de la plegaria. Tantas risas ahora donde la mañana del horror ¡Nunca más Little Boy! Es la desolación, es el enfrentamiento con lo que no podemos imaginar, con eso que no puede ser real, con lo que rompe el orden, con el atropello de quienes se creen dueños de la vida de los otros. E inevitablemente el poeta, ese hombre que está atravesado por la desolación, busca el amparo, como quien en su pensamiento viaja a la niñez, a ese lugar seguro que fue su casa para refugiarse allí. Me gustaría volver a la casa familiar allá, en un pueblecito cerca del Guadalquivir. Llegar tranquilamente en el Montijano: Jaén a Escañuela, Arjona, Andújar y viceversa. Pero no es fácil volver después de ese momento y Felipe Servulo lo sabe, ya nunca volverá como antes, porque como dijera Heráclito, ya no va a ser el mismo. Y el poeta concluye su poema: Pero de pronto la bruma no me deja divisar el panorama. Despierto bajo una bóveda de plomo. Tres rayos y una gota cae para estos olivares, casi sin mar. La conmoción lo invade y confiesa: A VECES sin avisarme vienen poemas. Se apiadan de mí y me cuentan desamores, también historias tristes, pero ninguna como la tuya. Por eso el poeta eleva su voz. ANTES del equinoccio, sakura sin flor, sin aves ni ardillas voladoras, isotopos, neutrones, reacción en cadena.¡Nunca más! ¡Nunca más! Que siga el sol naciendo. Que siga el sol naciente. Es que la historia de Sadako encierra en sí toda la orfandad del mundo, toda la desolación de alguien que murió sin llegar a conocer la vida, sin sospechar quizás que lo terrible de la muerte no es el despojarnos de todo lo que tenemos, sino el privarnos de todo lo que podríamos llegar a tener. Y el poeta escribe: En las calles hay miles de historias, con los mismos nombres escritos en los muros de esta ciudad, donde hay tantas niñas que, como tú, jamás vivieron un gran amor. El poeta está allí, petrificado, mirando acaso sin ver o mirando no con los ojos sino con el espíritu, y sabe que tendrá que irse, que lo espera un largo viaje hasta su Mediterráneo de peces voladores. PRONTO tendré que irme. Decirte adiós no me gusta, suena a no dejar nada aquí. Cuando de pronto. Vienen cincuenta niños a cantarte y finjo que no los oigo, pero a la segunda estrofa me emocionan y ya cantamos cincuenta y uno. Llorar a gusto por ti ¡qué contradicción! Y entender que la edad es una déspota que nos maltrata pero besamos su mano si nos indulta. Morimos solos y al morir nos llevamos todos los sueños, sepa dios a dónde. El regreso duele como una herida en el horizonte y el eterno temor a la página en blanco se hace presente SE HAN retrasado los días y oriente ya sólo es un horizonte, tristemente remoto. Hago un resumen y temo al folio en blanco, a trenes nocturnos que nunca llegan. Lamento los brindis que no hicimos y todo lo que pudo ser y se fue para siempre. Un testimonio, una emoción, un poemario, acaso un conjunto de palabras que vuelan desde España a Japón, desde Japón a España y de allí a todo el mundo, porque todo el mundo debe saber lo que no puede volver a ocurrir, lo que Felipe Servulo resume en un libro altamente valorable y que deberíamos leer. Por eso, por lo que significa esta historia, por lo que significan estos “Cúmulos de plutonio” es que quiero cerrar esta nota con el mismo texto con que Felipe cierra su libro, el grabado que se lee en la base del monumento a Sadaku Sasaki. “Este es nuestro grito. Esta es nuestra oración. Para traer la paz al mundo” Apunte final: Sobre mediados del mes de junio de 2023, estuve en Castelldefels (España) compartiendo una mañana con el poeta y amigo Felipe Sérvulo, la necesidad de escribir esta nota se deba quizás al excelente poemario que Felipe me entregó en aquella ocasión y que amablemente me dedicó, pero también al rostro de ese hombre que me contaba con una emoción que mis palabras no son capaces de transmitir, todo lo que vivió en la lejana Hiroshima frente al monumento de Sadako. Para cerrar el encuentro, sacó un cuaderno que llevaba en su bolso con dedicatorias y deseos de paz que muchos de sus amigos o simplemente gente con la que se encontró escribieron en él, y junto a cada una de esas frases, Felipe pegó un pequeño origami que representa una grulla. Tengo el honor, de que mi grulla esté allí, y aunque acaso nunca conozca Hiroshima soy alguien más que ha depositado su grulla de papel en homenaje a la paz del mundo. Rubén Balseiro Buenos Aires, Julio 2023 FELIPE SERVULO: Es natural de Jaén y reside en Castelldefels (Barcelona). Licenciado en Historia por la UB. Fue vocal de ACEC Associaó Col.Legial d´Escriptors de Catalunya de 2018 a 2022 y presidente del colectivo de escritores “El Laberinto de Ariadna” hasta 2019. Cofundador de los grupos y revistas de literatura Alcudia, Gavina y Alga. Ha sido columnista de Wall Street International magazine y de Meer.com ambos en sus ediciones españolas. Entre otras obras ha publicado: “Hasta el límite de las violetas. La mano en el Cajón, 1995. Las noches del Sur. Colección de poetas, 1996. Casi la misma luz, Tágilis Ediciones, 1999. Cartografía de la materia. Diputación provincial de Jaén, 2005. La niña de la colina. In-verso, 2012. Ahora que amaneces. Playa de Ákaba, 2013. El Bardo (Los libros de la frontera), 2017. Pronto el viento de bolina o crónica de un amor a destiempo. Independently Published, 2019. Inventario de poesía. Independently Published, 2019. Mil grullas de origami. El Bardo (Los libros de la frontera), 2020. No estamos solos. Diálogos desde el confinamiento, conjuntamente con Ma José Buxó. Independently Published, 2021. Hogar del transeúnte (Crónicas mínimas). Los libros de Baix Llobregat. Narrativa de Ahora. 2022. Ha obtenido entre otros premios: Jant Jordi (1986), Salvador Espriu (1992), Ciudad de Ponferrada (1997), Baeza de Poesía (1998) y Semillero azul (2004). Contacto RUBÉN BALSEIRO (Argentina, 1955). Ha colaborado en numerosas publicaciones, periódicos y revistas del país y del exterior. Integrante durante varios años de la Fundación Argentina para la Poesía, de la que fue secretario durante los años 1994 a 1998. Participó como secretario de redacción de la revista “Nexo Literario” de la Fundación Argentina para la Poesía y coordinó durante esos años el “Café Literario de la Sociedad Argentina de Escritores” (SADE) junto a Guillermo Román. En 1999 junto a Gabriela Gelardi, Guillermo Román y Juan José Folguerá fundó el grupo “Sisma” y coordinó junto a Gabriela Gelardi el Café Literario de dicho grupo. En 2010 en compañía de Carina Paz coordinó nuevamente el Café Literario en SADE. Figura en varias antologías, entre ellas: “El Cantar de las Palabras” Ed. Metáfora - “Poetas Argentinos Contemporáneos” Tomo III Ed. Eleusis (selección de Nina Turlher) - “70 poetas Argentinos de Hoy” Ed. Plus Ultra (Selección de Antonio Aliberti) - “Testimonios del Presente” Ed. La Luna Que - “Poesía Argentina Contemporánea” Vol. XIII (Fundación Argentina para la Poesía) - “Otra mirada otra distancia” Ed. La Luna Que, entre otras. Ha publicado en poesía: “De Lugares y Olvidos” Ed.Último Reino (1989) - “Los desiertos más íntimos” Ed.Último Reino (1998) - “Cántaros quebrados” Ed. Argos (2005) - “Despojos” Ed. Vinciguerra (2007)- “Sueños de Ícaro” Ed. Namastei (2011) - “Como los pájaros” Ed. La Luna Que (2015) - “Al caer la noche” Ed. Botella al mar, Uruguay, (2018). En ensayo: “En la tierra de nadie” Ed. Vinciguerra (2008) - “Roberto Juarroz” Ed. La Luna Que (2018) - “Comunicación, palabra y poder” Enigma editores, (2019) - “Roberto Juarroz, los límites de la palabra” Colección Los Maestros, Fundación Argentina para la Poesía (2020) – “Consideraciones sobre poesía y lenguaje” Enigma editores (2022). “Poemas Vagabundos” Enigma Editores, 2023. Contacto: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..


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