El libro agotado…

(Reflexiones macedónicas por Adri Delfini)

Lejos de lo que todos creen un libro agotado no es un libro sin brújula, no encontrado, de esos que la gente llama perdidos…yo les voy a contar. Cuando un libro va a nacer y fue un parto programado, no sólo lo están esperando sino que lo andan buscando en todas las librerías o por todos lados.Él , pobrecito y feliz nace ya agotado…en estos casos se le podría enseñar alguna gimnasia energética, masajearle el lomito, oxigenar las hojitas (o bien las páginas, ya que no es un árbol) acariciarle el epílogo, flexionarle bien los temas del índice en cuestión…no del índice de la mano porque los libros no nacen con manos, aunque tienen unos brazos divinos…que si te agarra uno de esos buenos e interesantes ejemplares, que tienen buena impresión “te atrapa”…se entiende que sigo hablando del libro ¿no? Y es realmente extraño que nazca sin cabeza después de haberse hecho la “prueba galera”, para salir definitivamente a la luz. Que no tenga piernas ni se le vean los pies, y sin embargo los autores…que no son los que tienen autos sino autoría para escribir al pie de esas páginas. Son piecitos etéreos que van dejando huellas para que la gente los haga trascender hasta el fin de los tiempos (ya no lo vamos a ver )…y será por eso que solos no van muy lejos. Quiero que conste aquí y que quedé clarito…los libros no tienen boca y parece fuera de contexto, pero sigue habiendo gente que cree que los libros muerden…es una difamación…un libro tampoco es un florero… por lo menos eso creo, porque hay gente que le pone florcitas o pétalos en el medio. Un libro es el mejor compañero, eso sí, tiene cuerpo…un texto tibio que se acuesta a la noche contigo y te abraza con sus historias de coral, te despierta sentimientos, te puede hacer reír o llorar, un libro es dedicado, te acompaña en las vacaciones, por la compatibilidad de caracteres, tiene paciencia…te espera si lo dejas de lado por un tiempo, va contigo al trabajo, te observa en el colectivo …sigo hablando del libro…y se deja empolvorear como una torta en un estante cuando uno al fin lo ha guardado pero está siempre a mano y es sanito porque no es alérgico a los ácaros…por lo menos yo nunca lo oí estornudar…en fin…bien digo. Fin… o principio…