“El camino de Ida” de Ricardo Piglia.
Editado por Anagrama. La novela de Ricardo Piglia: “El Camino de Ida” me ha hecho ver otra cara de la realidad. “Yo pienso: pero el otro no me cree”, pone en boca de su personaje. Y en otro momento, dice: “La verdad coincide muy poco con la verdad empírica”. Esto, que es cierto, entra de lleno en su deliberada intención de provocar la vista de una realidad polivalente, que el mismo autor ayuda a construir desde la literatura y su camino vital. No es extraño, pues, que diga de su libro que es el más personal y el más íntimo de todos los que ha escrito. Piglia cuenta parte de su experiencia. Sus muchos años de clases impartidas en una universidad norteamericana le han dado todas las facilidades para recrear con conocimiento minucioso el modo de vivir y pensar en los campus universitarios donde sitúa sus historias. Un colage de relatos que anexa en torno a la desaparición violenta de una profesora significada, al parecer vinculada a un personaje siniestro que fue protagonista hace años en la prensa de todo el mundo por su forma de matar sin sentido ni justificación con la única intención de resultar visible, da pie a pensar que estamos dentro de una novela negra (lo que no es tal), y que pone en evidencia la permanente intimidación que subyace en la vida americana, por más pautada que esté bajo las condiciones de mérito y libertad. Piglia, con el recurso del personaje al que nos tiene acostumbrado en sus novelas, parece proponer contra el capitalismo salvaje, hacerse escuchar con lo que más teme, la incertidumbre para hacer realidad la propuesta de Joseph Conrad: cambiar la vida, desde la decisión de ser otro. Después de todo, debo decir que de todas las novelas de Ricardo Piglia, “El Camino de Ida”, es la que menos me ha gustado. La mescolanza de historias entorno a la de Ida me parece una construcción artificiosa, dando razón al propio escritor cuando dice que tras una novela de trescientas páginas hay varios cuentos. Me parece una novela, que la avala el nombre y la fama de Piglia, pero sin tales, quizá fuera una más entre tantas en el mostrador de cualquier librería. No obstante, “La verdad coincide muy poco con la verdad empírica”. La realidad tiene muchas caras. Lo ratifica Ricardo Piglia. El camino de Ida suena a jazz. En alguna parte he leído que esta novela se parece a un tema de jazz con muchos coros para la improvisación. Quizá coincida con los retazos de subjetividad que provienen de los diarios y anotaciones de Piglia durante su vida universitaria en Princeton. Us Five/ Blessings in May de Joe Lovano me ha acompañado y he acertado con la banda sonora para recorrer juntos “El camino de Ida”.
© Bárbara Fernández Esteban. 01/2014.