“Una gota de sudor se deslizó por su muslo derecho, mezclándose con la tierra ocre que se adhería a sus piernas. Hacía un calor infernal, pero lo que Patricia soportaba peor era la humedad. Los shorts y la camiseta de tirantes se pegaban a su piel por la transpiración, tiñéndose de un color pardo a causa del maldito polvo que estaba por todas partes…” Así comienza la aventura trepidante de nuestras amigas en esta segunda entrega. El misterio tras un muro de piedra va a cambiar la vida de Patricia inexorablemente, empujándola a recorrer miles de kilómetros y a vivir un torbellino de experiencias que nunca hubiera imaginado. Un descubrimiento similar lleva a Mel hasta una situación angustiosa que amenaza su relación con Carla, pero el muro que la acecha no es precisamente de piedra… Las protagonistas de No voy a disculparme se ven envueltas ahora en acontecimientos que dan un vuelco a sus vidas, al tiempo que se incorporan a la saga dos personajes sorprendentes que tienen la intención de permanecer para siempre en nuestras vidas.