Todo libro tiene su historia y es que, luego del verano del 19 en Puerto Rico, más tarde viendo en los medios noticiosos los turbulentos episodios que se suscitaron en Colombia, Bolivia, Ecuador, Haití, Argentina, Chile, España y otros, me encontré recopilando estos ensayos de algunas de mis publicaciones y presentaciones en revistas y congresos. Me di cuenta de que no eran escritos inconexos, que había algo en común. El hilo conductor de estos escritos son los sujetos subalternos y sus resistencias en diferentes épocas y latitudes. Entiéndase como subalterno a colectivos marginalizados o excluidos por las prácticas hegemónicas. La resistencia a lo largo de estas páginas la veremos en los individuos que no se encuentran en los círculos de poder y las estrategias cotidianas que adoptan ante las estructuras de dominación. Subalternos y resistencias en la literatura latinoamericana es la colección de nueve ensayos que dividí en dos partes: Por la vereda tropical en la que agrupé los autores pertenecientes al Gran Caribe, aquí se encuentran Luis Rafael Sánchez, Julia de Burgos, Edgardo Rodríguez Juliá y Elena Poniatoska; la otra parte, titulada Mirando al Sur con escritores como Tomás Eloy Martínez, Alfonsina Storni y Pedro Lemebel. Subalteridades y resistencias en la literatura latinoamericana es un homenaje a todos estos sujetos que de su puño y letra nacieron proyectos literarios que marcaron una época, transformaron la sociedad. Porque la literatura es esto, agitar conciencias e incomodar al lector para llevarlo a la reflexión. Por eso, la literatura es peligrosa, como decía Todorov. La literatura, como afirma el escritor norteamericano Paul Auster, no va a acabar con la guerra ni le dará de comer a las personas, pero puede cambiar la mente de las personas para construir sociedades más justas e inclusivas.