El cadáver congelado de un soldado que sufrió el hundimiento del Crucero “General Belgrano” durante la Guerra de Malvinas (1982) aparece 25 años después en una balsa a la deriva, a partir de un descubrimiento casual en los hielos antárticos. Con él, un diario de sus últimas horas, en el cual surgen revelaciones que dan pie al encuentro de los dos personajes centrales de la novela: una periodista de investigación y la madre del soldado, quien se entera que al momento de morir su hijo estaba a punto de ser padre. También envuelta en una fuerte historia de pérdidas familiares, la periodista Celina Figueroa intentará eludir los ruegos de doña Ana para que la ayude a descubrir la verdad sobre su nieto, hasta que finalmente cederá, sumergiéndose en una búsqueda que Monacelli utilizará para describirnos a la Argentina de las últimas décadas, un país con grandes deudas, con historias dolorosas y barridas debajo de la alfombra, con corrupción política y con desesperación social a partir de las grandes crisis de comienzos de los ’80 y la debacle de 2001. Altos niveles de suspenso y emoción, personajes sólidamente construidos y la gran virtud para un autor varón de bucear con claridad el universo femenino (“Soy un padre muy maternal”, se autodefinió el escritor) son los rasgos principales de una obra atrapante, llena de ritmo y con un acertadísimo uso del flashback. Asimismo, se trata de una novela que expone con crudeza pero sin golpes bajos la realidad que les tocó vivir a cientos de veteranos de la Guerra de Malvinas.