Ya lo decía Jorge Luis Borges en Fragmentos de un evangelio apócrifo: «La puerta es la que elige, no el hombre». Para éste sólo hay dos opciones: quedarse allí, en el quicio, mirando hacia atrás; o atravesar la puerta, aun sin saber qué encontrará al otro lado. Esta es la historia de Melanny, quien llegó a Italia con dos mochilas, lista para recorrerla de norte a sur, y, repentinamente, se encontró viviendo allí muy a su pesar. Sin documentos, sin conocer el idioma, sin dinero y sin familia ni amigos; su única opción fue adaptarse a cada situación que se le presentó en el camino. En primera persona, la obra relata una experiencia de inmigración y de exilio, marcada por la introspección, la aventura, la resiliencia y la metamorfosis. Al final, se trata de un viaje interior y de la búsqueda de una Ítaca a la cual volver o, quizá, llegar por primera vez.