Nunca pensé que un viaje con mis amigas pudiera convertirse en esto: una frontera entre lo que conocía y lo que nunca había imaginado. Íbamos buscando descanso, risas, una aventura compartida. No sabíamos que Saint John nos abriría la puerta a otra manera de vivir, una manera que parecía imposible en nuestro mundo de siempre. Este libro no es solo un recuerdo. Es un intento de atrapar en palabras lo que allí descubrimos: la magia de la amistad, el misterio de una isla donde nada ocurre por casualidad, y la pregunta que aún me acompaña desde que volví. Porque Saint John no estaba en ningún mapa. Era, más bien, un espejo. Y ahora quiero compartirlo contigo. Para que te preguntes lo mismo que yo me pregunté, sentada frente al mar aquella última noche: No todos podemos entrar. ¿Crees que tú podrías?