¡Me enamoré de Cadaqués!

En las semanas que mi esposo y yo estuvimos ahí descubrimos la calidez de su gente, lo interesante de su historia, la belleza de su entorno y de su arquitectura. Su tranquilidad, su aislamiento, su luz, la claridad de sus aguas, el silencio de sus noches, lo estrellado de su cielo, lo sinuoso de sus calles y lo enraizado de sus tradiciones. Todo suma para que, si usted llega hasta aquí, corra el riesgo de quererse quedar. Muchos antes que yo han comprobado que tiene “un difícil llegar y un peor salir”. Uno de ellos fue Salvador Dalí, quien quedó hilvanado a esta villa y cuyos rincones fueron fuente de inspiración para su obra. Yo, simplemente puedo decirle que me enamoré de este rincón de la geografía española. Aquí les relato brevemente su historia y mis vivencias.

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