Un magnetismo me atrae hacia ti. Pronto serás abrazado por un espíritu avaro e inconmovible. Por un algo corrupto por la niebla y exaltado a su vez por el recuerdo de lugares lejanos y soleados, en donde vivir del fruto generoso de la tierra fértil. Tan solo un anhelo rondará entonces la mente. Destruir a través de la inflamación y llama, como Nerón, lo más amado para sí. Lo más hermoso. Y solo así demostrar la auténtica devoción. Una idolatría letal y caduca, como Ceres en busca de su hija confinada en los Infiernos. Desgarrar el alma gemela a bruscas cuchilladas. Violentando la vida hasta volverla insostenible y solamente al acabar de causar los estragos, llorar, ahogados por la tristeza. Con la longevidad y abundancia de los océanos.