Larga tormenta de otoño

  • Autor: González de la Cuesta
  • Biografía Autor: González de la Cuesta, José Manuel
  • Género: Literatura y Novela
  • ISBN: 978-84-614-7091-4
  • Nº Páginas: 308
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Año: 2011

Jacobo y Ana se acaban de conocer por una casualidad. Cuando están viviendo los primeros días de lo que se dibuja como una incipiente relación amorosa, se produce un robo en el Museo de Bellas Artes de Castellón, concretamente del cuadro “El Grito” de Antonio Saura, perteneciente a la colección de una Fundación de una entidad financiera gallega, que se va a exponer en el Museo y de la que Ana es la comisaria. Jacobo es un abogado con buffet propio dedicado a casos corrientes, pero con cierto prestigio en la profesión, lo que le permite llevar una vida de bon vivant de fin de semana. Es un gran amante de la música. Sin pretenderlo, más por amor a Ana que por voluntad propia, se ve involucrado en la investigación para encontrar el cuadro antes de la inauguración de la exposición, que ha sido aplazada por decisión de la Fundación que no quiere hacer pública la sustracción antes de intentar encontrar la obra. Se constituye un grupo de trabajo formado por ellos dos, el director del museo, un ejecutivo de la Fundación y un comisario de Policía de Castellón que tiene una vieja amistad con Jacobo. Éste tendrá que compaginar la investigación con el buffet, sobre todo con un caso importante para él: el divorcio de su esposa de un significativo empresario de la cerámica, un mujer madura, sumamente sensual y atractiva por la que Jacobo sentirá una atracción sexual que le perturba. Paralela a la investigación secreta que lleva el Grupo, la compañía de seguros de la colección tiene desplazado un detective privado en Castellón, un hombre perdido en el alcohol y el aburrimiento de su vida, que se obsesiona con Ana como autora del robo. Todo el caso del robo crea en Ana un sentido de culpabilidad que convierte su relación con Jacobo en un mar de dudas y sufrimiento, por la lucha que libra entre su cabeza y su corazón, hasta que un encuentro con el detective le despeja las dudas. Los acontecimientos se suceden con el escenario de la ciudad de Castellón de fondo, entrando en juego un antiguo cliente de Jacobo, ex caco de obras de arte en la provincia, reconvertido a anticuario, que le será de gran utilidad en la investigación; y un error cometido por el ladrón, que permitirá su identificación y la elaboración, por parte de Jacobo, de toda una teoría sobre él y los motivos del robo, que le será de gran utilidad cuando éste se ponga en contacto con la Fundación solicitando un rescate, lo que obligará a Jacobo a desplazarse a La Coruña, para hacer de intermediario en el mismo. En esta ciudad sucederán acontecimientos que van a marcar la resolución de caso. Por un lado el encuentro fortuito que Jacobo y la mujer del empresario de la cerámica tienen, que acaba convirtiéndose en una noche de pasión y sexo única en la vida de ambos. Por otro lado se produce el asesinato del ladrón en el lugar y el momento de la entrega del cuadro y en presencia de Jacobo. A partir de aquí los acontecimientos se precipitan. Jacobo vuelve derrotado a Castellón, pero el anticuario le revela un dato sobre el ceramista, gran coleccionista de arte expresionista, que le hace principal sospechoso del robo y el asesinato: la supuesta existencia de una cámara secreta que tiene el empresario en su domicilio particular, en la que pueden esconderse algunos importantes cuadros desaparecidos en los últimos años. Jacobo, por segunda vez, consigue visitar la casa de su cliente para averiguar lo que hay de cierto en esa información. Dispone de un arma poderosísima: el gran ascendiente que tiene sobre su mujer, que es la llave para que ésta vuelva con él cuando Jacobo se lo pida. La entrevista es dura y de tensión creciente, plagada de amenazas y el miedo que Jacobo consigue dominar, hasta que el ceramista, después de intentar acusarle del asesinato del ladrón, mostrándole unas fotos en las que aparece en el lugar del crimen, pierde los nervios y acaba enseñándole la cámara secreta, en donde se encuentra “El Grito”. Al final llegan a un pacto: Jacobo guardará el secreto profesional sobre lo descubierto y le facilitará un encuentro con su mujer (el ceramista no puede concebir la vida sin ella), para que arreglen sus diferencias. A cambio devolverá el cuadro al día siguiente, fecha de la inauguración de la exposición. Cuando se produce la entrega el detective de la compañía de seguros intenta a la desesperada hacerse con el cuadro (realmente él lo quería para venderlo y retirarse a su aldea natal), pero lo hace de forma violenta y abrupta en plena calle del centro de Castellón, sin conseguirlo. Los expertos dictaminan que la obra de Saura está en perfecto estado y por tanto se puede exponer esa misma tarde en la inauguración, a la vez que el detective aparece con una bala en la cabeza en la habitación el hotel donde se aloja. Se ha suicidado. Jacobo y Ana se pierden en la noche y su deseo de amarse sin tensiones. La novela acaba como empieza: Jacobo soñaba con acariciar cada mañana el rostro suave de Ana. Era su primer pensamiento del día, el primer deseo que tenía nada más despertar. A lo largo de la novela los personajes hablan mucho de arte, sobre todo el informalismo español, el grupo El Paso, etc. y es un viaje iniciático hacia el descubrimiento y la compresión del arte abstracto contemporáneo de la segunda mitad del siglo XX.

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