En la convulsa Génova del siglo XVI, Livia llega siendo muy niña a la república para ser educada por la familia de su esposo, un poderoso banquero. Cuando al fin crece, descubre que ser duquesa no es lo que soñaba en la tierna infancia. La vida se torna para ella en un lienzo gris, en el que su única esperanza es el joven Andrea Doria. Amigos desde la infancia, con los años van floreciendo en ambos sentimientos que echan raíces profundas; un amor imposible que lleva a Andrea hasta el seminario, porque si no puede ser de Livia, atrapada en un matrimonio impuesto, no quiere ser de ninguna otra. Y sin saberlo, ambos encarnan la lucha entre la obediencia, la justicia y el deseo.