La ciudad sin palabras

  • Autor: Roberto Belmonte
  • Género: Literatura y Novela
  • ISBN: 978-987-23699-1-0
  • Nº Páginas: 100
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Año: 2008

CONTRATAPA Por Liliana Guaragno* Una suerte de veracidad recorre la mayoría de los cuentos de Roberto Belmonte en su libro La ciudad sin palabras, allí donde los signos parecen corresponderse con cierta realidad y el narrador mantiene la distancia que produce ese efecto. Sin embargo esa distancia se mantiene aún en las primeras personas que “escriben”, como en El diario de Rivera, discurso apegado a la subjetividad, que permite el fluir de la conciencia por la privacidad que le compete, al mismo tiempo que respeta un fondo histórico; ó en El desertor, que alude a la huída de un soldado del ejército portugués para incorporarse al de Artigas; y la distancia persiste en esa especie de leyenda que es El cazador –donde ya la visión deforma objetos y sujetos-, alejándose del realismo para cuestionar la “naturaleza humana”, y entonces alterna con la “creación” de conciencias, la de los protagonistas, y se aúna a la maestría de la invención. Como un calidoscopio los cuentos van y vienen por tiempos y espacios, y aún construyen un no tiempo y no lugar. Dominan los referidos a zonas de la periferia de Buenos Aires: baldíos, zonas linderas o mansiones de viejas épocas, con personajes casi ocultos, niños, adultos, viejos, solteronas, alternando sabiduría y crueldad, secretos y develamientos, las políticas sucias y siniestras. La ciudad sin palabras, cuento que da título al libro, es un contrapunto de formas, tiempos y espacios atravesados por la extrañeza. Crea expectativas de un viaje en el tiempo, nombra a El eternauta de Oesterheld, o el film 2001 Odisea del espacio. El repertorio es materia de deformaciones y transformaciones y los cambios enfocan ya la destrucción de la ciudad, ya la desazón ante un lenguaje en el que las manifestaciones rudimentarias llevan a la dificultad y la disolución del sentido. Pero las palabras en los textos de Roberto Belmonte están “vivas”: han sido rescatadas de la “memoria de lo oscuro”, de lo que ya no está, de lo que brilla en el recuerdo, o de la invención más profunda. En La ciudad sin palabras el autor se toma la libertad de desplegar un universo que nos salva de toda banalidad. *Liliana Guaragno es escritora, ensayista, profesora de letras egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Es autora, entre otros títulos, de “Baldío”, “Itinerario de una insensata”, “El tiempo Uno”, “Desperfecto”, “Vientos amarillos”, además de trabajos de prensa sobre las obras de Julio Cortázar, Felisberto Hernández y Néstor Sánchez

Comentarios (3)

  • Juan J. Vanolli

    Juan J. Vanolli

    15 Octubre 2012 a las 23:35 |
    Algunos cuentos son verdaderamente interesantes. Algunos, como "El cazador", me ha parecido una maravilla sobre cómo en un breve relato se puede abordar un género tan difícil como es el fantástico.
  • Alberto L. H.

    Alberto L. H.

    13 Noviembre 2012 a las 15:51 |
    He podido leerlo. Es muy interesante, sobre todo un par de ellos. Hay una búsqueda, una investigación literaria que sorprende.
  • Paula

    Paula

    21 Noviembre 2012 a las 02:32 |
    Me pareció muy bueno esa especie de "investigación literaria" que Belmonte hace, ficcionando, en "El diario de Rivera". El diario literario es un recurso narrativo que, francamente, no está explotado por los escritores de ficción, aunque ofrece muchas posibilidades expresivas. Así que me sorprendió gratamente que un escritor haya rescatado este género casi olvidado.

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