Con la sencillez de unos versos se pretende ensalzar la voluntad del hombre en toda su dimensión, las obsesiones de un futuro inmediato y las pocas concesiones que se le hace al pasado. La profundidad reflexiva de los párrafos envueltos de sintonía propia es el afán de considerar la poesía como una herramienta eficaz en la lucha contra las dificultades que nos encontramos a lo largo de nuestra existencia. Estrofas de café con hielo salió de un ideal solidario sin aspiraciones de interés propio, tan solo calibrado para servir de apoyo a una Fundación contra el Alzheimer y ser una aportación a los programas que esta destina en su labor para hacer más digna la supervivencia vital de los aquejados con una enfermedad que aunque cruel como todas, esta si cabe lo es más aún porque atenta contra uno de los valores esenciales del ser humano, la memoria. Este es el motivo que me ha llevado a donar todos los derechos de autor que con esta obra se consigan para el bien del colectivo de enfermos de la Fundación Luis Moreno (Editora). Los versos, arraigados en una manera anárquica destilan bondad, reflejan rabia, añoran amores pasados y pretenden futuros nuevos dentro de un envoltorio sencillo, real y reflexivo.