Mauricio Mayorga, ingeniero de profesión y nativo de Bogotá, viaja a Villa de Leyva en plena época de pandemia, cuando se inicia tímidamente la reactivación económica del país, a esparcir las cenizas de su madre Alfonsina, quien ha muerto luego de infectarse con el Covid 19. Esta ha sido su decisión que ha plasmado en una carta, indicando además que deberían ser esparcidas en un sitio ubicado a unos cinco kilómetros del pueblo, en la carretera que conduce al pueblo de Santa Sofía, exactamente debajo de un Arrayan, desde donde se divisa en toda su extensión Villa de Leyva. Mauricio decide quedarse unos cuatro días en el pueblo descansando y se aloja en un hostal en pleno centro histórico. A partir de ese momento inicia un recorrido por todos los sitios emblemáticos, conociendo en el Museo Histórico, a una joven de unos dieciocho años de una belleza deslumbrante que siempre está acompañada de dos mujeres mayores, descubriendo esa misma noche que se alojan en el mismo hospedaje y que está de paseo en Villa de Leyva realizándose un catálogo de fotografías para impulsar su carrera de modelo profesional De ahí en adelante su vida empieza a sentir un cambio provocado por la atracción inmediata que le produce la joven, a quien persigue a hurtadillas por todo el pueblo, mientras ella realiza sus sesiones de fotos, sin tener nunca la posibilidad de abordarla, debido al marco protector que ejercen sobre ella las dos mujeres, quienes además de ser su madre y su tía, tambien son sus empresarias en la carrera de modelaje que está tratando de forjar. Esta situación le produce un estado de ansiedad que lo conduce al borde de un estado casi delirante que le altera totalmente la tranquilidad. Al final, cuando decide regresar a Bogotá, tiene el convencimiento de que ha resurgido a la vida a pesar de no lograr al menos un encuentro con Daniela.