Corre el año 1805. Acaba el Siglo de las Luces y se inicia la era de los grandes cambios. Europa se encuentra asolada por la guerra. El Emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, planea una invasión en toda regla a su eterna enemiga, Gran Bretaña. En la ciudad costera de Portsmouth, base de la Armada Británica, comienzan a producirse una serie de macabros asesinatos que mantienen en jaque a la población. Geoffrey Dowson, teniente de navío y antiguo combatiente en la Campaña de Egipto bajo las órdenes del Admirante Nelson, es enviado por el Departamento de Guerra a la ciudad del sur de Inglaterra para iniciar una investigación que clarifique los hechos.