Colombia vive, desde hace mucho tiempo, una desafortunada historia de violencia, conflictos sociales, políticos, la guerrilla, los paramilitares y el narcotráfico. Crímenes tristemente famosos durante el siglo XX, como el del político Jorge Eliecer Gaitán en el año 1948 en Bogotá, desencadenó una revuelta sangrienta, que aún hoy está latente en la sociedad colombiana. La violencia partidista de los años 50, las masacres de la guerrilla, la época violenta del narcotráfico con asesinatos selectivos, bombas, masacres ejercidas por los capos de la droga, asesinatos de líderes sindicales y de derechos humanos; pérdidas de vida de niños por parte de pederastas, violación y asesinato de mujeres. El crimen, fue durante todo este tiempo un hábito o una constante en la vida colombiana. Pero de un crimen religioso, pocas veces se habló y se publicitó tanto, como el de una monja, sucedido en una institución religiosa y ejecutado por una religiosa. El Hábito del Crimen, es una historia escrita amenamente por el autor con base en una juiciosa investigación; contiene elementos como la maldad, los celos, la vida conventual en Colombia y Europa; se enmarca en el ambiente de la zona cafetera, se abordan temas como los desplazamientos de campesinos a las ciudades, el obrar de los paramilitares y de la guerrilla; la descripción del sitio más indignante de Bogotá como es el “Cartucho”, donde se traficaba libremente, se asesinaba y emparedaban las víctimas; el proceso de paz con las FARC, la vida en un convento de religiosas y el brutal asesinato de una monja dentro de sus instalaciones, desaparecida y encontrada descuartizada en las afueras de Bogotá. Este relato, que no tiene aún un final, muestra como se ha degradado la dignidad humana y como este crimen afectó la imagen de una comunidad religiosa, que no escapa a la descomposición social de la humanidad.