“El amor es un pequeño suicidio” nos muestra a un hombre eternamente insatisfecho, incapaz de ser feliz con lo que tiene y que añora aquello de lo que carece. ¿Les suena? Guardando un equilibrio de funambulista entre el humor y la amargura, este libro, escrito con un estilo impecable, nos adentra en los sentimientos de Basilio Cándido Crin Mochuleta, un fracaso como escritor, como amante y hasta como suicida. Incluso su creatividad literaria es una fuente constante de angustia y descontento, tiene ansias de vagabundo frustrado y periodos de enajenación mental. En ese sentido, resulta una figura muy cercana a la literatura francesa decadentista de finales del XIX, pero con un punto canallesco que, junto a la narración pretendidamente autobiográfica, recuerda a la obra de Bukowski. La obra es muy atractiva para aquellos que amen la lectura: trata de la literatura, de las peripecias de un escritor hasta que por fin produce su obra, está condimentada con una serie de citas y referencias a otros escritores y obras literarias, de modo que el lector puede reencontrarse con viejos amigos a lo largo de esta lectura. Y por último, y más importante, es una novela original en su planteamiento y estructura, con un personaje protagonista sólido y consistente, muy bien retratado, que cuenta para engancharnos a su historia con el encanto del eterno perdedor. Es un libro que merece ser leído y guardado a mano para próximas lecturas. Con esta novela sentirá el placer de la lectura y la satisfacción de lo verdaderamente bien escrito. No podrá por menos que convertirse en una novela admirada por quienes buscan en la inteligencia el placer del arte.