Es una novela de suspense psicológico, donde a través de las circunstancias de un crimen se conocen los dos personajes principales, Manuela y Sabina, y la historia narrada se realiza desde dos perspectivas: en primera y tercera persona. Consigue crear suspense pero a la vez mantiene distraído con el detalle de la introspección de cada uno de ellos. Está muy bien redactado y crea mucha expectación. Aunque el lenguaje del prólogo es un poco denso y pudiera parecer un lenguaje complicado, después cambia por completo y a partir del primer capítulo, si se la da la oportunidad, a los lectores y lectoras acaba gustándoles mucho. Esta obra nos narra más que un misterio. Nos conduce al porqué de nuestras acciones cotidianas como individuos comunes y nos revela, a través de sus personajes, una guía para descubrir cómo manejar esas emociones que sentimos. Nos reta a reflexionar, a detenernos para comenzar a viajar en el interior de nuestra mente y buscar las causas de nuestras angustias o nuestros miedos u todas esas emociones que se han desbordado en algún momento y nos han hecho sentir mal y analizarlas para aprender a que no nos invadan o alteren. Nos muestra, al mismo tiempo, un método para mantenerlas bajo control. Y por último, nos recomienda, que aprendamos a mimarnos como nos merecemos porque la vida ya es lo suficientemente dura para que nos hostiguemos a nosotros mismos. Las lecciones, siempre entran mejor de una manera suave que bruscamente y ya que nos toca aprender de nuevo lo más complejo... que lo podamos hacer con calma y poco a poco. Esa será la mejor medicina para conseguir lo que nos propongamos en cualquier momento; además, claro está, que disfrutemos del momento "presente" que suele pasar en la mayoría de ocasiones. Es una novela altamente recomendable para todo tipo de lectores.