La vida está llena de instantes que vivimos y nos hacen ser quienes somos. Distintos recuerdos que guardamos en la memoria y a los que volvemos cuando lo necesitamos, quizá para comprender por qué, cuándo y cómo nos han ocurrido ciertas cosas a lo largo de los años. Sobre todo en cuanto al amor se refiere, a las relaciones, a lo que sentimos. Lo que no debemos olvidar nunca es que, aunque a veces sintamos que perdemos el tiempo, que lo que deseamos desde niños no va a ocurrir nunca, todo llega a su debido momento. Todo pasa cuando debe pasar. Todo sucede, cuando tiene que suceder. Leyre se dará cuenta de ello mientras crece, madura y aprende. Mientras la vida le enseña a ser quien quiere ser. Mientras decide si debe lanzarse y dejar a un lado el miedo a perder. Porque no es fácil dar el paso cuando al otro lado, quien está, es el mejor amigo de tu hermano.