28 Cosas que debes saber sobre los ángeles

  • Autor: José Ignacio Díaz Latorre
  • Biografía Autor: José Ignacio Díaz Latorre
  • Género: Ensayos y Biografías
  • ISBN: 978-84-946773-5-9
  • Nº Páginas: 192
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Año: 2018

(Prólogo del autor) Es difícil prologar una obra tan extraña e inesperada como esta, ya que su génesis ha sido completamente espontánea y cabe decir que fue más ella quien me eligió a mí para que la manifestase en papel, negro sobre blanco, que la decisión firme e inequívoca de un autor. Todavía en este preciso momento, cuando estoy escribiendo este prólogo (que he considerado necesario realizar), no consigo explicármelo del todo. Es por esto, por lo que me voy a limitar a explicarte el contexto exacto en la que ella viene a mí. En la primavera del año 2018 me encontraba escribiendo mi segunda novela, “El guardián de Omu”, que a estas alturas y haciendo un ejercicio de mística temporal, espero y deseo que se haya convertido en un reconocido “best seller”. Estaba aproximadamente a una tercera parte de concluir la citada novela, cuando una mañana sueño, y digo exactamente sueño, con una escena bastante difusa en la que se materializa en mi mente la idea de escribir sobre la esencia de los ángeles. Es en ese momento cuando recupero la consciencia y despierto, pero decido continuar pensando sobre ese sueño, más que nada por la curiosidad y excepcionalidad del suceso. Vuelvo a entonar un dulce sueño, más que sueño, duermevela, diría yo. En ese periodo difuso de espacio-tiempo, veo claramente, como si de una transferencia de datos se tratase, un guión de contenidos que aparece en mi conocimiento. Una sucesión de ideas claras e inequívocas que nunca antes se me había ocurrido plantearme, y todas, haciendo referencia al tema que nos ocupa aquí. En ese momento decido levantarme de la cama y sentarme frente a mi ordenador. Aproximadamente 60 minutos después tengo escrito ese guión soñado o recibido, o qué se yo. Tras escribirlo todo de corrido, decido leerlo detenidamente y acto seguido veo que realmente es el guión de ideas que debo desarrollar sin perder más tiempo. En ese momento decido trocearlo y utilizarlo como índice. Es exactamente el índice de este libro. Sin pensarlo dos veces, esa mañana escribo del tirón una buena parte de lo que vas a leer, unos 7 u 8 puntos. El resto de días de esa semana, los otros 6 hasta el viernes escribo casi todo lo otro, aproximadamente hasta el punto 21 o 22. Dejo pasar el fin de semana. El lunes siguiente, o sea hoy, lo termino y me decido a escribir este breve prólogo para, de alguna forma, introducir al lector en las formas, y para evitar que crea que está basado en mi experiencia. No. Al menos que yo sepa. El ángel al que se hace referencia al inicio no soy yo. En fin, entiéndase como se entienda, este pequeño libro me ha elegido como escritor, sin buscarlo. Nunca antes me había pasado, y soy consciente del tremendo esfuerzo, planificación y constancia que requiere la escritura. No ha sido este el caso, ya que mis dedos fluían libres a una velocidad vertiginosa sobre mi pequeño teclado. Es más, también te digo que no ha sufrido ningún proceso de revisión y/o corrección posterior, ya que a lo largo de su escritura he ido comprendiendo (no sé cómo) que el texto surgido debía ser respetado tal cual. Me parece un exceso de ego decir que es un libro canalizado, ya que no lo he vivido así. No lo considero una opción, pero por otro lado todavía me sorprende el hecho creativo que me ha impulsado a escribirlo. Deberé necesitar tiempo para comprenderlo. No lo sé. Tengo ganas de que se materialice finalmente en una edición formal para poder reflexionar durante su lectura, espero descubrir algo más. De momento, cierro este prólogo con la esperanza de que lo recibas con buena vibra. Y sinceramente, no sé qué más decirte. Si te sirve, estupendo. Si consideras que es un rollo, pues lo siento, y te adelanto mis disculpas, pero ha surgido así. Algún cometido tendrá. Tampoco comprendo por qué a lo largo del libro el discurso se dirige directa y constantemente al género femenino, pero así es. Chiva, abril 2018

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