Música y músicos en la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina (1800-1851)

  • Autor: Paulino Capdepón Verdú
  • Biografía Autor: Paulino Capdepón Verdú
  • Género: Espectáculos - Cine - Música
  • ISBN: 978-84-381-0504-7
  • Nº Páginas: 660
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Año: 2022

El presente estudio anuncia ya en su título una descripción muy precisa de su objeto. Le precede otro, publicado en 2012 (La música en la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera de la Reina durante el siglo XVIII), en el que el mismo autor desvelaba la existencia, hasta entonces poco o nada conocida, de una intensa actividad musical vinculada a la colegiata y centrada, ya desde varios siglos atrás, en una capilla plenamente constituida. El medio siglo que va de 1800 a 1851 fue un periodo de claro declive para la capilla de música de la Colegiata de Talavera de la Reina, como para muchas otras en España: un periodo marcado por un embrutecimiento general, por desafortunados acontecimientos políticos, crisis económicas y problemas sanitarios que afectaron gravemente a la vida musical extrajudicial; marcado, además, en el caso de esta Colegiata, por el devastador incendio de 1846, que, entre otras cosas, destruyó los dos órganos y la sillería del coro. Al mismo tiempo, es quizás el periodo en el que más claramente se manifiesta la disparidad estética entre lo autóctono y lo foráneo, especialmente en el campo de la música vocal escrita para la iglesia, para el teatro o para la música de cámara. Todos estos aspectos, tanto sociohistóricos como estrictamente musicales, se examinan con gran detalle en los dos primeros capítulos del estudio. Los capítulos tercero y cuarto circunscriben el campo de análisis a la institución eclesiástica de la Colegiata, mientras que el quinto capítulo contiene información esencial sobre la vida y obra de los maestros organistas que rigieron la capilla colegial desde finales del siglo XVIII hasta su decadencia: José Cortasa Rives (1788-1796), Francisco Bernal (1796-1808) y José Leblic (a partir de 1820), así como el segundo organista Juan López (1787-1825?). En cada caso, Capdepón investiga los cargos que ocuparon tanto en Talavera como en otros lugares, y dedica un apartado final a enumerar los títulos de sus composiciones conservadas. Los capítulos sexto y séptimo dan cuenta de otros músicos de rango inferior (cantores, escolanos, instrumentistas, grabadores de los libros de coro, sochantres) vinculados a la capilla musical de la Colegiata. El octavo capítulo describe de forma diacrónica el equipamiento vocal e instrumental de esta capilla, prestando especial atención a los órganos de la Colegiata, así como las circunstancias que afectan a la práctica interpretativa y a la vida cotidiana de los músicos a partir de la segunda mitad del siglo XVIII. Este capítulo y el siguiente explican la gravedad con que las vicisitudes del siglo XIX afectaron a la conservación de las fuentes musicales, hasta el punto de que en Talavera no sobrevivió en papel ni una sola obra de Bernal, Leblic o Juan López, es decir, de los tres principales compositores de música para la Colegiata durante el periodo que nos ocupa. Para un mejor conocimiento de este extinto legado compositivo, Capdepón procede a editar y describir cuatro villancicos de Bernal. Los apéndices del estudio, además de diversos artículos musicales y geográficos, incluyen un extenso y valioso repertorio de documentos transcritos de los libros de actas de la Colegiata.

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