Principios del siglo XX. Años 1923 y 1924. Una nación, España, envuelta en grandes desórdenes, con una dictadura que acaba de comenzar, sin que nadie tenga grandes esperanzas sobre ella. Una región, Andalucía, dominada por el caciquismo y la nobleza, que hacen tambalear aún más la ya difícil situación. Una ciudad, Cádiz, donde la oligarquía y el orgullo de la alta burguesía lo domina todo, en su afán de guardar las apariencias. Dos adolescentes de ilustres familias, internados en uno de los colegios más prestigiosos, regido por una orden religiosa de dudosas convicciones. José María ve pasar ante sí el mundo que lo rodea, con la inocencia aún de sus pocos años, pero con la sabiduría de reconocer lo incorrecto de todo aquello. Y como telón de fondo, la maravillosa historia de una relación prohibida entre la férrea disciplina de un lugar cargado de hipocresía y vanidad, que tampoco facilita la vida cotidiana de unos jóvenes que tratan de abrirse camino, y de aprender más allá de lo que el catolicismo pretende imponerles como única norma a seguir. Contra la ley de Dios es una terrible crítica política, social y religiosa de una decadente época del país, representada por dos muchachos, que intentan sublevarse ante toda una institución y una arraigada ideología, donde uno de los mayores pecados que se podía cometer era que un hombre amase a otro hombre.