La imagen, el libro y la palabra
LAURA FREIXAS 23/07/2011

"Un poco de ternura, ¡burdel de mierda!". La frase es desde luego llamativa.¿A quién se le habrá ocurrido semejante título, tan provocador e intrigante? La acción del espectáculo (de danza, estrenado en Madrid el pasado mes de junio) ¿transcurre en un prostíbulo?... Siento decepcionarles. Pues lo que parece un arranque de audacia (del director), no es más que una muestra de ignorancia (del traductor). En efecto, la frase "bordel de merde" no es sino el equivalente francés de "me cago en la puta", que tampoco se refiere a puta alguna.
Yo no sé qué está pasando con la traducción en España. En fin, sí lo sé: que se paga fatal, a poco más de diez euros la página. La culpa, entonces, no la tienen las y los pobres traductores, sino la empresa que los contrata. La cual, supongo, se hace cargo de que pagando lo que paga no puede esperar que además de echarle horas (una por página, más o menos: traducir se paga como fregar retretes), la persona contratada sepa idiomas. Resultado: una traducción tan creativa como ciertas formas de contabilidad; cualquier parecido con la realidad (aquí, con el original) es pura coincidencia. El pato lo pagamos las y los sufridos hablantes y lectoras/es. Que, por ejemplo, no entendemos por qué demonios el joven escritor Hervé Guibert, junto al lecho de muerte de Michel Foucault, "tenía un periódico" (según aseguraba cierto diario español): a mí me costó un buen rato adivinar que el original francés debía ser "je tenais un journal" ("llevaba un diario").

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