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María Lejárraga tras la sombra de Gregorio Martínez Sierra, Walt Disney y Manuel de Falla


 

María Lejárraga tras la sombra de Gregorio Martínez Sierra, Walt Disney y Manuel de Falla

El reciente documental ‘A las mujeres de España. María Lejárraga’, -dirigido por Laura Hojman, y coproducido por Summer Films y RTVE-, se ocupa de una de las escritoras con más talento en español, que todavía en el presente es injustamente olvidada, se trata de María Lejárraga. Sí, seguramente no conozcan a la autora, en cambio es muy probable que que les suene el del empresario teatral, y autor dramático, Gregorio Martínez Sierra, y, por supuesto, las obras de Manuel de Falla, o la película la Dama u el Vagabundo de Walt Disney.¿Qué tienen en común estos señores tan dispares? Pues que detrás de sus historias estaba la pluma de María Lejárraga.

El film pone en valor la historia de esta mujer que logró ejercer su pasión de la escritura pero siempre en la sombra, y sin ser reconocida como tal. El documental narra la historia esta escritora (interpretada en el documental por Cristina Domínguez), la más prolífica de la historia, cuya producción vio la luz bajo el nombre de su marido, el empresario teatral Gregorio Martínez Sierra. Fue autora de obras como Canción de cuna, llevada al cine en cinco ocasiones, o de los libretos de El sombrero de tres picos y de El amor brujo, de Falla.

Fue, además, diputada por la segunda República y fundadora de proyectos pioneros para los derechos y las libertades de la mujer.

 

maria lejarraga

 
Foto: filmaffinity.com

 

En toda su vida, solo firmó con su nombre el primer libros de relatos que publicó en 1899, Cuentos breves. Al año siguiente conoció a Gregorio Martínez Sierra en una verbena, y tras la decepción por la forma en que había sido recibido su primer libro por la crítica, y por su propia familia, María decidió no emplear un seudónimo masculino, -como tantas otras mujeres de la época habían tenido que hacer (Cecilia Böhl de Faber como Fernán Caballero, Mary Ann Evans, más conocida como George Eliot o Caterina Albert como Víctor Català)-, sino escribir como escritora fantasma de su marido, que firmaba, producía y presentaba las obras como si las hubiera escrito él. Esto fue un acuerdo entre ellos, aunque forzada por la imposibilidad de ser libre para escribir y publicar sin ser criticada de un modo determinado al ser mujer.

 

maria lejarraga

 
Foto: laescueladelarepublica.es

 

El tándem funcionó durante años, y en el ámbito literario era un secreto a voces, conocido por todos. El documental narra cómo los actores de la compañía a menudo tenían que parar los ensayos hasta que ‘la señora María’ enviaba el siguiente acto.

El documental, con la voz de la actriz Kiti Mánver como narradora, da voz a mujeres actuales como Rosa Montero, Vanessa Montfort, Isabel Lizarraga, Juan Aguilera, Remedios Zafra o Manuela Carmena, y destaca por la reivindicación de la figura de esta escritora pero desde la amabilidad y la belleza.

Lejárraga empezó como maestra, fundó y dirigió la Biblioteca Educativa, y la revista modernista Helios, así como la Asociación Femenina de Educación Cívica. Fue sufragista, y no solo redactó las obras teatrales sino los artículos, ensayos y discursos feministas que luego pronunciaba su marido. Esta unión empresarial se truncó cuando Gregorio tuvo una hija con la actriz Catalina Bárcena, y en 1922, María se separó de él.

Tras la guerra, tuvo que exiliarse en París, donde fue perseguida por la Gestapo por su relación con la República, y esto la llevó a adoptar una identidad falsa. Mientras tanto, Gregorio estaba en Hollywood adaptando con gran éxito al cine los guiones que María había escrito.

Las injusticias flagrantes con la autora no terminarían ahí, cuando María logró viajar a EE.UU. para entrevistarse con diversas productoras cinematográficas, envió a la de Disney una comedia para niños titulada Merlín y Viviana o la gata egoísta y el perro atontado, la cual narraba la historia de un perro que se enamoraba de una gata coqueta. Un par de meses después, el relato fue rechazado con una nota que decía que la productora solamente admitía las obras que habían encargado. Al poco, se estrenó la película La dama y el vagabundo (1955), con el mismo argumento pero cambiando la gata Viviana por la perrita Cocker.

 

maria lejarraga

 
Foto: fotogramas.es

 

Finalmente, cuando Gregorio murió no ratificó en su testamento la autoría de María, -algo que sí que había reconocido en un escrito-, por lo que ella de quedó sin su seudónimo, y sin derechos de autor, los cuales heredó la hija de Gregorio y Catalina. En ese momento, en 1954, sí intentó hacer público que era la autora en su libro autobiográfico ‘Gregorio y yo’, pero solo recibió el desprecio de la sociedad.