¿Por qué no conoces a María Lejárraga?
¿Te suena el nombre de Gregorio Martínez Sierra? ¿El de María Lejárraga? El primero es conocido como el gran director y empresario teatral que fue, pero también como autor de más de 80 obras teratrales que en reaidad fueron escritas, casi en su totalidad, por su esposa María Lejárraga. Hecho que quedó comprobado cuando ella escribió la obra Gregorio y yo. Medio siglo de colaboración, en 1953. Hoy en día no hay dudad sobre que la obra de Martínez Sierra fue escrita en el mejor de los casos en coautoría y en su mayoría exclusivamente por su esposa.
Su relación literaria continuó tras su separación, y solo tras su muerte, y por motivos económicos, como ella misma reconoció, empezó a firmar con su nombre y con los apellidos de casada, María Martínez Sierra, con el que se publicaron obras como Una mujer por los caminos de España (1949), Gregorio y yo, medio siglo de colaboración (1953) o Viajes de una gota de agua.
El resto de su obra se presentó durante años como fruto de la pluma de Gregorio Martínez Sierra, quien recogía el éxito en los teatros, mientras ella quedaba relegada, aunque ella era consciente de que su obra nunca se habría estrenado en grandes teatros internacionales de haberse sabido que la autora era una mujer.
Lejárraga estudió Magisterio y Pedagogía, y se codeó con el ambiente literario, y teatral: Juan Ramón Jiménez, Falla, Turina, Lorca o Galdós. Con Juan Ramón Jiménez fundaron la revista del modernismo poético Helios, en 1907 la revista Renacimiento.
Inauguró, junto con María de Maeztu, Victoria Kent y Zenobia Camprubí, Clara Campoamor, Elena Fortún y Matilde de la Torre, entre otras, el Lyceum Club Femenino, donde destacó por sus discursos feministas. En 1914 publicó Cartas a las mujeres de España y, en 1917, Feminismo, feminidad y españolismo. Participó en la fundación de varias asociaciones feministas como la UME o Unión de Mujeres de España, y viajó a Ginebra como delegada de España al VIII Congreso de la International Woman Suffrage Alliance donde colaboró en la redacción de una carta de derechos femeninos. Fue un miembro activo de la Sociedad Española de Abolicionismo. En 1933, fue elegida diputada al Congreso de la República por Granada y fue designada vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública.
Tras la Guerra Civil, se exilió a Francia, México y Argentina, donde finalmente falleció en 1974.