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Escritoras ocultas por la historia (III)

El 15 de octubre se celebra el Día de las Escritoras, para conmemorarlo seguimos con la sección en la que recordamos algunas figuras fundamentales de la cultura española que han quedado relegadas por la historia, a pesar de ser figuras intelectuales de primera magnitud.

Ángela Figuera Aymerich nació el 30 de octubre de 1902, en Bilbao. Estudió en el colegio del Sagrado Corazón de la congregación fundada por la francesa Santa Magdalena Sofía Barat, y fue una de las primeras mujeres en poder cursar el  Bachillerato en toda España. En 1925 comenzó los estudios de Filosofía y Letras como alumna libre, y en 1933 superó las oposiciones de catedrática de Lengua y Literatura para Institutos de Segunda Enseñanza.

En 1936 nació su hijo Juan Ramón en plena guerra civil, por la que en  1937 se trasladó a vivir a Valencia y fue profesora en el Instituto de Alcoy.

Tras la guerra, por su fidelidad al gobierno de la República, la despojaron de su plaza y de su título universitario.

 

angela figuera aymerichangela figuera aymerich

 

En 1948, publicó su primer libro, Mujer de barro; y al año siguiente Soria pura. En 1952 empezó a trabajar en la Biblioteca Nacional de Madrid, y en 1954 se incorporó al servicio de “bibliobuses”. En 1958 publicó en México, para evitar la censura,  Belleza cruel, con prólogo del poeta exiliado León Felipe. Uno de los libros más importantes de la corriente de la poesía social de posguerra. Su primera etapa poética, de cariz existencialista, estaba marcada por la senda de J.R. Jiménez y Antonio Machado, pero la última se acercó a la poesía social, de la que fue una figura crucial, junto a sus amigos Gabriel Celaya y Blas de Otero.

Algún crítico ha calificado su estilo poético de “existencialismo solidario".

Ángela Figuera fue muy crítica con el modo en que se fraguó la llamada transición política. Murió el 2 de abril de 1984. En 1986 se publicaron sus Obras completas.