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Un editor subjetivo, sentimental e insensato

 

paul otchakovsky laurens

 

Paul Otchakovsky-Laurens se definió a sí mismo, en cierta ocasión, "como un editor subjetivo, sentimental e insensato", cualidades que debía combinar con otras muchas, ya que fue el editor de algunos de los escritores más importantes de la literatura francesa del SXX, como: Georges Perec, Marguerite Duras o Emmanuel Carrère. Se erigió en uno de los últimos grandes editores de esa generación que creía en la literatura por encima de todo y que no dudaba en publicar no los libros que se vendían sino los que le gustaban.

Su muerte, el pasado 2 de enero, a los 73 años, en un accidente de tráfico, deja todavía más huérfana una forma de entender la profesión de editor que ya prácticamente solo existe en las editoriales minúsculas.

El que ha sido calificado del último gran editor, Paul Otchakovsky-Laurens, nació en 1944 en Valréas, en el sur de Francia. Se inició en el mundo editorial en Flammarion y Hachette, donde publicó La vida instrucciones de uso, de Perec, en 1978. Fundó la editorial Otchakovsky-Laurens, P.O.L, en 1983, tras la muerte de Perec, y logró que Marguerite Duras dejara Les Éditions de Minuit, cuna del Nouveau Roman, para incorporarse a su catálogo con el libro El dolor (1985), y con este sello descubrió e impulsó la carrera de Marie Darrieussecq y Emmanuel Carrère, Guillaume Dustan, Jean Rolin, Santiago Amigorena, Olivier Cadiot, Pierre Alferi, o Atiq Rahimi, ganador del Premio Goncourt en 2008 con La piedra de la paciencia.

También participó en los films Sablé-sur-Sarthe, Sarthe (2009), donde se atrevió a contar los abusos recibidos en la infancia, y Editeur (2017), una película experimental que daba cuenta de su vocación de editor.