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La literatura viene de la palabra latina y significa letra.

Me parece más que apropiado el significado etimológico puesto que usamos las consonantes y vocales para formar palabras, oraciones y luego párrafos para formulas en forma escrita los pensamientos que tenemos. Mi amor por la literatura empezó en la infancia. Me atrevo a citar a Borges que decía que no podía imaginar un mundo sin pájaros ni un mundo sin palabras. Yo entiendo lo mismo y me siento ofendida en lo personal cuando alguien manifiesta su desdén y dice: "No me gusta leer".Es como si me me dieran una bofetada con un hierro candente en la cara. Claro, la experiencia del ser humano es tan diferente como las huellas dáctilares en cuanto a la lectura se refiere. Es irónico que las iglesias protestantes fomentaran el uso de la educación para que la gente se acercara a la Palabra de Dios y por cierto, es el libro más leído y quizás peor interpretado en la historia, pero estoy divagando; sin embargo mucha gente tienen biblias como adorno cogiendo polvo. Eso pasa con libros que los miran una vez y cogen polvos o leen libros de mala calidad literaria como ciertos libros que son de gran venta, pero argumenta que es literatura. Esto me plantea un enigma: ¿ Se debe fomentar libros pésimamente escritos para que la gente lea? Esto sería un debate interminable y mentes más preclaras que las mías han discutidos con mejores aciertos. Voy a mencionar unos ejemplos y por favor, no me tachen de reaccionaria de izquierda, pero tengo entendido que cuando se hizo la revolución cubana abarataron costos de textos para que la gente se ampliara sus mentes y claro deben haberlos ampliados porque muchos son críticos de la misma revolución que hizo posible ese cambio cultural y que en la URSS habían taxistas que hablaban de Tolstoi y yo creo que la literatura deberían abartar por lo menos costos de impresión y que haya mecenas que auspicien a escritores noveles. En mi caso, yo he pedido ayuda a un escritor de discreta medianía y no me dio ayuda y me dio la importante suma de dólares y encima como préstamo, por supuesto le devolví el dinero y el viejo avaro me aceptó el dinero de vuelta. En realidad no niego que me guste el dinero, pero lo que ansío es el cariño y aprecio de los coétanos y los futuros lectores del porvenir porque quiero aportar optismismo,alegría y esperanza que siga enalteciendo el espíritu humano maximizandos sus bondades y minimizandos sus defectos y hacer como decía Cervantes desatando la literatura.

Autor: 

Edna Díaz