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La lectura como refugio y vía de escape en tiempos de COVID- 19

LA LECTURA COMO REFUGIO Y VÍA DE ESCAPE EN TIEMPOS DE COVID- 19

Las tapas de un libro pueden abrir las puertas hacia un lugar donde sea posible estar en absoluta tranquilidad y al mismo tiempo, se puedan realizar los viajes más insólitos y maravillosos del universo de forma rápida, económica y segura. La imaginación será el mapa que diseñará una atractiva ruta para llegar al destino escogido. Una vez que el terreno esté decidido, será sencillo llegar ahí. Una playa paradisíaca con aguas cristalinas y colores espectaculares. Una soleada isla desierta con flores exóticas, exquisitas frutas, aromas fascinantes y -probablemente- con más de algún tesoro escondido. Una ciudad moderna, llena de edificios, rascacielos, vehículos y si se quiere incluir superhéroes: así será. Podría ser una cabaña en medio del bosque, mientras la lluvia cae sobre los árboles y dibuja a sus anchas en aquel gran lago tan característico de la zona. En la literatura no hay imposibles. No existen las limitaciones de espacio y tiempo. Se puede ir a otras épocas, solamente se necesita la voluntad y el deseo de realizar el viaje, ya sea en solitario o con la mejor compañía: los personajes que habitan en cada historia. Son amistades secretas que viven en el mundo ficticio donde se confunde la realidad con la fantasía. De todas formas, hay que tomar precauciones y andar con mucho cuidado. No sería extraño ver las llamas de un dragón tan cerca que se pueda sentir su calor. Esa parte nunca la mencionan, también olvidan advertir el hecho de que los antiguos castillos medievales no tenían ventanas y que no eran tan cómodos. Pero en este universo mágico sí podemos tener amplios ventanales para observar las estrellas con toda tranquilidad y dragones de los que no lanzan fuego. Otra de las precauciones para evitar que el paseo se transforme en una odisea, es pensar si existe el riesgo de ser confundido con alguno de los personajes clásicos de la literatura universal. Para este fin, se necesita un espejo. Ojalá de cuerpo entero, aunque cualquiera servirá. Excepto uno mágico, porque puede aparecer alguna bruja malhumorada y eso retrasará el viaje. Luego de realizar el ejercicio frente al espejo y comprobar que lamentablemente hay un parecido -más o menos razonable- con algún personaje que va de camino a un trágico destino, una opción sería buscar identificarse con alguno que tenga otro tipo de desenlace -aunque no exista el parecido físico, ni psicológico- y tal vez, encontrar uno menos aventurero. Pero si hay ganas de ir a lo desconocido, de derrotar a lo invencible y de torcer la mano a aquel destino inexorable, ¿qué más da? Si se siente angustia durante la lucha, no es de cuidado. Al cerrar el libro ese escenario desaparecerá y eso no importa, porque hay muchos mundos afuera, para todos los gustos y sujetos a las modificaciones de sus visitantes. Siempre se puede tener otro lugar favorito -o más de uno- en lista de espera o incluso, en el olvido, y si por alguna razón no se pudieran abrir las tapas del mundo digital o material del libro, hay otras formas con las que se puede volver allí todas las veces que sea necesario: con la mente y la imaginación, el equipo perfecto que crea la magia que permite soñar sin dormir.

Paulina Reyes