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Humanismo y desgarro en Los nueve monstruos de César Vallejo

Humanismo y desgarro en Los nueve monstruos de César Vallejo

Mauricio Rojas Hess

La historia humana es historia de los acontecimientos y no de las intenciones. De igual modo, la historia de las artes es la de las obras y no la de los hombres. (Pierre Francastel) Publicado póstumamente en el poemario Poemas humanos (1939). Los nueve monstruos es un poema que indaga en el hombre, y todo lo que lo circunda e incide; en tanto ser viviente. El objeto de reflexión del poeta es la constatación de la existencia humana apesadumbrada por el sinsentido de la configuración social en la que se desenvuelve y donde el dolor y sufrimiento definen las matrices del desplazamiento humano. César Vallejo Mendoza (1892-1938) se encuentra viviendo en Francia cuando estalla la Guerra civil española(1936). El poeta, preocupado por estos acontecimientos decide colaborar en la fundación del Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española. Al año siguiente asiste al Congreso Internacional de Escritores Antifascistas, como muestra de su compromiso al ideario republicano al cual adscribe. De manera profunda el acontecer bélico impacta en Vallejo, y en sus últimas composiciones literarias quedan manifiesta estas huellas. España aparta de mí este cáliz, y los últimos textos poéticos de los Poemas humanos(del que los nueve monstruos (1937) es un eximio reflejo) denotan el influjo de estas circunstancias violentas. En el ámbito factual las posiciones políticas antagónicas entre republicanos, que defendían el sistema político de la II República (1931) y la gestión del Gobierno del Frente Popular (1936). Y las posturas del extremo de los nacionales, que cuestionaban la legitimidad del gobierno; sublevándose finalmente contra el Ejecutivo del Frente Popular en toda España. Este contexto influye marcadamente en el temple anímico del hablante lirico de los nueve monstruos, en cuyos versos iniciales expresa: Y, desgraciadamente, el dolor crece en el mundo a cada rato, crece a treinta minutos por segundo, paso a paso, y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces y la condición del martirio, carnívora, voraz, es el dolor dos veces (…) La angustia existencial roe el trazado lirico del poeta, porque hay una constatación colosal de una energía que lo va posesionando todo. Una especie de vértigo es lo que circunda por toda la dimensión humana, que está adherida a una condición de incertezas; sin poder realizar algún tipo de acción para salir de las fauces de estos monstruos desbordados que atormentan. La dualidad del sentir referencia a la dimensión física, el cuerpo. La base corpórea de la existencia donde padecemos la congoja de este dolor insustituible. El dolor igualmente es doble por cuanto deviene de las zonas inmateriales del existir humano. Otro carácter presente en el poema es la dimensión comunitaria. La aflicción es colectiva porque esta potencia abarcadora nos involucra a todos. Está en el tiempo cronológico y en la temporalidad metafísica, expandiendo sus dominios: Jamás, hombres humanos, hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera, en el vaso, en la carnicería, en la aritmética! Jamás tanto cariño doloroso, jamás tanta cerca arremetió lo lejos, jamás el fuego nunca jugó mejor su rol de frío muerto! El dolor se reitera por los espacios cotidianos, es una experiencia que habita por todos los segundos del vivir; intensificando sus designios por territorios posibles e imposibles del acontecer humano. El habla es un mensaje humanista que apela a la genuinidad humana, a esa conciencia universal desde donde se puedan desprender horizontes de cambio a las sociedades desiguales carentes de cordura en su accionar. La degradación humana es cabal, y el acentuado tormento no solo aflora y recorre los espacios totales, sino que trae muerte: Jamás, señor ministro de salud, fue la salud más mortal y la migraña extrajo tanta frente de la frente! y el mueble tuvo en su cajón, dolor, el corazón, en su cajón, dolor, (…) La interpelación al poder político emerge de manera corrosiva por cuanto la decadencia de los sistemas morales y éticos, fundados en valores abstractos que validan la guerra como forma de pervivencia en el poder, carece de sentido. El poeta congrega la dimensión humanista de generosidad y preocupación por el aniquilamiento constante de vidas humanas y que para la oficialidad no es más que un designio estadístico. El dolor nos agarra, hermanos hombres, por detrás, de perfil, y nos aloca en los cinemas, nos clava en los gramófonos, nos desclava en los lechos, cae perpendicularmente a nuestros boletos, a nuestras cartas; y es muy grave sufrir, puede uno orar Las interrogantes existenciales son las preocupaciones del hablante. Circunstancias hostiles le hacen sentir y comprender que el suceder humano habita por sentidos irracionales y la humanidad debe imperiosamente modificar su dirección errada Por cuanto: El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente 1. El hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se quiere, y como se concibe después de la existencia, como se quiere después de este impulso hacia la existencia; el hombre no es otra cosa que lo que él se hace 2. La angustia del poeta, ante este vendaval de pesadumbres, considera la variante de la comunión humana para la construcción de un mundo nuevo. De ese modo emergerá en estos confines terrestres una forma armoniosa forma de convivencia. En estos tránsitos del apesadumbrado vivir, donde el sufrimiento prolifera sin tregua, la ausencia de Dios marca y define los pasos de los desdichados habitantes. Y el hablante lirico se pregunta a modo irónico si acaso: ¿Puede uno orar? La humanidad en desamparo marca el momento en que se hace necesario que el hombre se encuentre a sí mismo y se convenza de que nada pueda salvarlo de sí mismo 3. Son instancias límites del ser donde la aflicción acentúa sus trazos de modo inconmensurable: Estoy triste hasta la cabeza, y más triste hasta el tobillo, de ver al pan, crucificado, al nabo, ensangrentado, llorando, a la cebolla, al cereal, en general, harina, a la sal, hecha polvo, al agua, huyendo, al vino, un ecce-homo, tan pálida a la nieve, al sol tan ardido¹! En el trayecto rugoso de la crudeza doliente, el enunciado propone la personificación a través del pan. Señalizando que los alimentos de sobrevivencia están fuera del alcance de todos. La inundación y sus consecuencias trágicas arrastran a la humanidad aun apocalipsis en el que la peste genera el llanto; la guerra provoca el hambre; el rayo origina la muerte y la falta de trigo justifica el hambre 4. En los últimos versos del poema la expresión hermanos humanos define una instancia convocante, sintetizando de ese modo la fraternidad y humanidad concebida: Cómo, hermanos humanos, no deciros que ya no puedo y ya no puedo con tanto cajón, tanto minuto, tanta lagartija y tanta inversión, tanto lejos y tanta sed de sed! Señor Ministro de Salud: qué hacer? Ah! Desgraciadamente, hombres humanos, hay, hermanos, muchísimo que hacer. La crítica se reitera nuevamente contra el ministro de salud (representante del poder estatal), se le increpa y cuestiona debido a que es un responsable impávido del acontecer social. El dolor es la matriz de Los nueve monstruos. Poema que releva la crisis del sujeto moderno, las verdades universales, el saber humanista y los idealismos. El quehacer poético de César Vallejo, lo llevo a indagar en los soterrados motivos del dolor humano; pensando incluso, que el hombre ha de sufrir para pagar una deuda que debe al mundo, por el hecho de estar en él 5. Vallejo cree que el hombre es capaz de redimirse mediante la solidaridad humana. Para ello la unión y el sentido de colectividad debe ser el eje de articulación de sus vidas. El hombre se hace, no está todo hecho desde el principio, se hace al elegir su moral, y la presión de las circunstancias es tal, que no puede dejar de elegir una. No definimos al hombre sino en relación con un compromiso 6. El autor de estos versos toma al hombre como fin y como valor superior. La dimensión humanista que propugna es, para propiciar un estado de conciencia y compromiso con formas integradoras de valores que posibiliten la construcción del reino humano como un conjunto de valores distintos del reino material 7 , que exacerba las pulsiones humanas de la violencia.

Notas 1 Sartre, Jean Paul. El existencialismo es un humanismo. 1973:3. 2 Op cit, 3. 3 Op cit, 14. 4 González-Cobos, Carmen. Un universo dolorido: Los nueve monstruos de César Vallejo. Madrid: Anales de literatura hispanoamericana, núm. 16, 1987: 105. 5 Quintana, María Jesús. Los nueve monstruos de César Vallejo. San Cristóbal de La laguna: Revista de Filología de la Universidad de La Laguna, núm 3. 1984:83. 6 Sartre, Jean Paul. El existencialismo es un humanismo. 1973: 11-12. 7 Op cit, 10. Referencias González-Cobos.1987. Carmen. Un universo dolorido: Los nueve monstruos de César Vallejo. Madrid: Anales de literatura hispanoamericana. Pascual, José. 1992 . César Vallejo. Crítica y contracrítica. México D.F: Universidad Nacional autónoma de México. Quintana, María Jesús. 1984. Los nueve monstruos de César Vallejo. San Cristóbal de La laguna: Revista de Filología de la Universidad de La Laguna. Sartre, Jean Paul. 1972. El existencialismo es un humanismo: www.ucm.es › data › cont › docs › 241-2015-06-16-Sa Vallejo, César. 1959. Poemas Humanos. Lima: Editora nuevo Perú