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Los 4 jinetes del Apocalipsis

Blasco Ibáñez, insigne novelista español, nacido en Valencia en 1867, escribió y vivió a caballo entre los siglos XIX y XX. Fue un autor muy prolífico y querido por el pueblo. Disfrutó de la fama como político y escritor, en una sociedad poco instruida, pobre en general, que veneraba a los intelectuales y gustaba de la novela por entregas, siendo la mano de obra de la incipiente industria. El autor propugnó el republicanismo, el anticlericalismo y el reformismo económico mediante la difusión de la propiedad. En 1909 viajó a Argentina, contratado para una gira de conferencias, y años después se dirigió a París, sorprendiéndole la guerra en 1914. Decidió hacerse novelista internacional, cosa que consigue con esta novela al menos en Estados Unidos, donde vende miles y miles de ejemplares, aunque no tantos en Europa. La obra fue el libro más vendido en EEUU en 1919 y llevado al cine en 1921, protagonizado por un joven Rodolfo Valentino. Murió Blasco Ibáñez en Menton, Francia en 1928. En esta extensa novela, como todas las suyas, publicada en 1916, ubicada en Argentina y Francia, despliega toda una catarata de páginas dedicada a la Primera Gran Guerra, la guerra de todas las guerras, que empieza en 1914 y termina en 1917( Afortunadamente, Blasco Ibáñez no vivió para ver la guerra civil española de 1936 ni la Segunda Gran Guerra Mundial). En 1921 The Illustrated London News calificaba el libro como el más leído del mundo, después de la Biblia Plantea el mismo una larga historia familiar: la vida del francés Joaquín Desnoyers, con su mujer, hijos y cuñados, que poseen una gran hacienda en Argentina, al inicio del siglo XX, momento en que la vida era previsible y la sociedad se reconocía clasista sin ningún pudor, dividida entre amos y criados, muertos de hambre y ricos exageradamente ricos. Las comunicaciones y los transportes en tal fecha mejoraron en comparación a todas las anteriores, así como la producción de materiales, el maquinismo y los viajes migratorios o de negocios. El mundo se volvió un pañuelo y la guerra se hizo universal, aunque Blasco Ibáñez se centró en la contienda ente franceses y alemanes exclusivamente, vecinos ambos que históricamente peleaban de continuo, disputándose Alsacia y Lorena, regiones limítrofes entre ambos países. La contienda se inicia como una fiesta patriótica, donde la población francesa jalea y honra a los héroes que parten a la guerra, concentrándose en París para alistarse, y partiendo de esta ciudad en tren hacia el campo de batalla. Son padres de familia, hijos responsables, caballeros maduros, todo tipo de varones dispuestos luchar y a morir por la patria, que un mes antes ni sabían tomar un arma ni podían imaginar que partirían para el combate. El protagonista, habituado a su extensa hacienda en Argentina, al recalar en París, comparte la euforia de la gente al proclamarse la guerra, el ansia de venganza contra los alemanes y es reacio a creer que los vítores puedan dar, sin remisión, paso al horror que siempre conocían los antiguos, es decir, los cuatro jinetes del Apocalipsis: la muerte, la guerra, el hambre y la peste, que son la consecuencia de las batallas. La novela avanza con lentitud hacia la batalla del Marne, epopeya indigna del ser humano, donde murieron miles de hombres, sembrado la zona de cadáveres de los dos bandos. Desnoyers, en contra de todo el mundo, acude a la zona, como simple civil, por salvar su castillo, ubicado en la misma. Entonces descubre la ferocidad de la batalla: aldeas devastadas, quemadas junto con sus habitantes y sus cosechas y una comarca entera francesa tomada por el ejército alemán, incluyendo su propiedad. En este bando germano militan losVon Hartrott, cuñados y sobrinos de Desnoyers, que de Argentina partieron a Alemania. El autor es marcadamente partidista, abomina del bando alemán, al que atribuye una ideología vengativa e irracional.Apoya claramente al bando francés, pues él es republicano, revolucionario y libertario, como París, como la sociedad francesa. En la novela aparecen varios personajes españoles: Madariaga, el patriarca y patrón de la hacienda argentina, que va a dar lugar a dos familias enfrentadas por la guerra, y un joven vividor, sin oficio ni beneficio, que se alimenta a costa de sus amigos. La guerra y sus horribles consecuencias de enfermedad, destrozo y muerte, con todos los sufrimientos añadidos, está perfectamente descrita, y al detalle, pero también lo está el ritmo de vida de la clase pudiente, que se ha enriquecido con la propiedad rural americana, pero que sigue haciéndolo sin trabajar y sin esfuerzo, sencillamente invirtiendo y comprando gangas de gran valor. También nos muestra una sociedad que parece moderna, pero donde las mujeres apenas desempeñan ningún papel relevante, lo mismo que los criados, tan abundantes, tan serviles. Las familias son del todo jerárquicas, imponiéndose siempre la voluntad del padre. Nos encontramos ante una gran novela, de ritmo trepidante, plagada de descripciones, obedeciendo a imágenes que son casi fotográficas, y que fue uno de los primeros best sellers cuando apareció publicada, y luego traducida al inglés. Corresponde a una etapa de la vida del autor en que ha abandonado la militancia política en España, siempre a favor de la república, fundador de pequeños ateneos en Valencia, gran orador, y afincado en Francia, donde persigue hacerse rico con sus libros, lo que consigue sin lugar a dudas a partir de esta obra. Es un libro que atrapa al lector desde el primer momento, de título fascinante, que fue muy bien publicitado y de tema candente y aterrador. Se ha imitado luego muchas veces este género de novela casi periodística sobre tema conflictico y actual, sin ningún ahorro de crímenes ni miserias, sin concesiones al amor o a la ternura, que ha hecho ganar mucho dinero a editores y escritores. El estilo es impactante, prescinde de los sentimientos y de las reflexiones. Es una obra que nos sitúa absolutamente en la historia de principios del siglo XX, que fue considerada paradigma de la narrativa contemporánea, y escrita por uno de los mejores autores en lengua española, y de renombre universal.

Teresa Álvarez Olías