VENERABLE MÍSTICA ÁNGELES SORAZU: MARÍA, UNA ‘CUARTA RELACIÓN’ EN DIOS

• Juan Miguel Domínguez Prieto

Dentro de los Opúsculos marianos de la mística Concepcionista Franciscana Ángeles Sorazu Aizpurúa (Zumaya, 1873 – Valladolid, 1921), en uno de los “Fragmentos marianos” tomados de su epistolario espiritual con el P. Nazario Pérez, hallamos la siguiente perla escondida: Una larga y constante experiencia me ha enseñado que la Virgen viene a ser para Dios como una cuarta relación.¡La Virgen viene a ser para Dios como una cuarta relación! Dios Trinidad incluye, en su íntima familiaridad trinitaria, como una cuarta relación. Incluye en Sí a María. María es comprendida dentro de las relaciones trinitarias. Estamos en el misterio: pero vivido por la Madre Sorazu; y desvelado a ella en la proporción que la Providencia deseó. Poseo al Hijo y a la Madre juntamente, dirá Sorazu por voz del ‘alma’ en el doble coro entre María o Jesús y la oveja interior a la que Ellos guían y apasturan . Y, a Sorazu, dirá la Madre: me gozarás en las corrientes divinas (…) que acompañaré con las efusiones de mi amor. La primera fuente de aquella inclusividad radical no sería la necesidad de Dios para humanarse, sino la gratitud de Dios, es decir, por simpatía Célica, la infinita Virtud de Dios, Su amante perfección extensa. En retorno del ser temporal que me diste, Madre mía –díceme – extendí a ti mis relaciones divinas . ‘Extiende’, no ‘comunica’ por entero. Se emplean los verbos compartir y transmitir. Se trata de efusiones de mi vida humano-divina que refluye en la tuya ; de soberanas efusiones, (…) corrientes divinas que comunica a la creación por el depósito y canal que forman el Hijo y la Madre. Si puede hablarse de alguna manera, Se dilata y da a Luz, y, a la vez, comprehende y abraza en lo hondo de la Roca, Se profundiza en su ya infinita profundidad, Se contempla en La que se contempla en Él. (Y también desde María pasa la vida a su Hijo como corriente divina que fluye y refluye en nuestras relaciones ). Una extensión que es un recogimiento; al mismo tiempo, algo que va hacia exterior e interior, …luminosas praderas (…) que se pierden en su vida íntima –la de Dios–; y algo creativo y quieto: Míralo reposar tranquilo (…) sin perder nada de su infinita actividad . ‘Cuarta relación’ que comienza antes de la Encarnación, pues poseyó con anticipación las virtudes y perfecciones de Jesucristo quien había de ser la limpidísima Morada para su Humanarse realmente en carne mortal. ‘Cuarta relación’ como místico monte habitado por el Verbo Encarnado, (…) enlazado con la Unión Hipostática, cuyos efectos participa por modo inefable . (Y también, incluida en esta cuarta relación que es María, va sintiendo el alma, en la extensión de Dios, su llamamiento; que, por eso, se da asimismo en ella, y de una vez, exterior e interiormente. Y va escuchando, el alma, que es incluida en estas divinas mareas: … me gozarás en las corrientes divinas que Él comunicará a tu alma Y cuando el alma entre en el Paraíso , el Espíritu Santo la inundará en sus corrientes divinas . En efecto, la Casa divina, que es María por el misterio de la Encarnación, es, también, en el sentido místico, el alma consagrada a Ella ). * Parémonos un poco a considerar que va un abismo de la idea común que de María se tiene, incluso entre algunos católicos, a la hondura mística que supone su persona como ‘cuarta relación’, lo que intenta aquí ser tratado y sistematizado. La genialidad de Sorazu sobre María como ‘cuarta relación’ de Dios es una senda idónea para que el católico medio restaure ante Ella su hiperdulía en espíritu y verdad. (La luteranización del católico es, hoy, una realidad en un grado incontable pero amplio. Este ámbito encierra no sólo una falsa María –que no sería más que uno de nosotros –, sino la duda misma del dogma de la Inmaculada en alguno de sus pormenores. (Pero el inmaculado Corazón de la Señora late al unísono con el suyo divino. ) Recordemos que Martín Lutero rebajó tanto la persona de María, que consideraba la ‘Salve Regina’ una blasfemia. Para él, cualquier plegaria ante Dios, incluida la de la Virgen, valía lo mismo. Sorazu es, en esta hora, un medio excelso, irrepetible, providencial, con que rescatar a María, en nuestras conciencias, para la gran Realidad divina, en la que es intercesora, corredentora , omnipotencia suplicante , iluminadora de Dios , soberana medianera universal .) Es también ocasión para que cualquier evangélico aprenda a distinguir los cultos de latría e hiperdulía, distinción que radica en lo antedicho sobre la extensión de la Naturaleza divina en la Madre de Dios, y, no, la ‘comunicación’ total de su Naturaleza. * ‘Extiende’; no ‘comunica’, se leía antes. Sólo existen tres comunicaciones, tres comunicaciones inefables señaladas por la Madre Sorazu: la que la Santa Humanidad de Jesús recibe del Verbo perpetuamente, las que recibe del Padre como Verbo de Dios, y, como Hombre, del Espíritu Santo . Y tres relaciones (las que unen al Padre con el Hijo, y, a los dos, con el Espíritu Consolador ); y la cuarta es María. Esta visión, además de original, es de una potencialidad asombrosa. El mismo católico está llamado a esta relación íntima en el Allende sí. Pero, sobre todo, nos revela en algo, sin salirse del misterio, quién es María. Decía san Luis María Grignion de Montfort citado por la Madre Sorazu que Dios siempre dice “María”. Las relaciones divinas ad intra se ordenan en corriente hacia Ella. Ello incluye, en la mística Ángeles Sorazu, para un estupor positivo, el compartir el nombre tres veces santo de Dios ; el privilegio de ser María colocada a la derecha del Hijo ; la posibilidad de ‘atar’ Ella, con la “cinta” de sus labios, la Justicia divina o de abrir el Corazón de Dios para que se explaye su Caridad ; la intercesión poderosa de su alma; el acompañar la Ascensión del Hijo , como también señalara la venerable María de Jesús de Ágreda… Estas explanaciones de la ‘cuarta relación’ aparecerán, casi todas, en ‘Del Cantar de los cantares’, comentario de la mística vascongada a sus capítulos II (en parte), y VI y VIII .Ángeles Sorazu interpreta el Cantar de los cantares como la vida íntima entre Dios y su Esposa Electa, la Siempre Virgen. Al ser María protagonista viva del Cantar de Salomón, ya no cabe desnaturalizarla según se hace hoy en día. Muy al contrario: Sorazu va destilando hasta qué grado en Ella se da una participación excelsa e impar de los misterios de la Naturaleza Divina . Y esto es lo normal en María, lo natural. Afirma sor Ángeles: … su caridad es hermosísima como participación (…) del afecto infinito con que Dios se ama a Sí mismo . Como escritora, advierte Sorazu lo significativo de una reiterada admiración original –¡Quam pulchra es, amica mea, quam pulchra es!– en relación a María: La razón de esta doble hermosura que posee la Virgen es que refluye en su alma la gloria infinita que resulta a la Divinidad de la obra de la Encarnación del Verbo . Con la misma sensibilidad, explica un posterior y repetido veni : Viéndola tan perfecta, tan pura, tan hermosa, tan acabada y completa, Dios, con ardor infinito, ansía poseer a la Virgen en la gloria (…). Impulsado de la vehemencia de este deseo y del amor y entusiasmo que siente por ella, llama Dios a la Virgen una, dos y tres veces . Y tres veces llama Dios a la Virgen porque las tres Divinas Personas (…) ansían con ardor poseerla. Y es que verdaderamente no habría esta Fuerza de Amor divino si María no fuese, para Dios, la ‘cuarta relación’ que amó decir Sorazu, y que ahora aborda de nuevo en valiosísimo apunte: … alma elevada al consorcio de la naturaleza divina . La mística se da cuenta de ello vitalmente. Así, cuando Sorazu lee vuélvete, vuélvete, Sulamite, vuélvete, vuélvete, enseguida trae a María a la interpretación poética: es tanta la complacencia que experimenta Dios al verse reproducido en María, que todas tres Personas divinas quieren mirarse y remirarse en el espejo de su alma, (…) y manda una, dos, tres, cuatro veces que se vuelva hacia ellos . La repetición, tan en la raíz poética en general, es elemento que delimita su conciencia para anotarlo. Sorazu, a quien he llamado escritora, es, más en propiedad, poeta. No tanto por los bellísimos pasajes en sus obras, cuanto debido a lo intuitivo y a lo emotivo de sus comentarios, glosas, vivencias expresadas. Tanto va hacia adentro –se mueve en la escala de lo ‘intuitivo’–, que busca un lenguaje y lo elige y lo hace eficaz: Dios Espíritu Santo absorbe a la Virgen en su infinita Personalidad (…) Y habiéndose comido mutuamente, la Virgen se pierde en la infinita personalidad del Espíritu Santo . Conmueve esta fortaleza expresiva; muestra la forma del misterio de los divinos esponsales; al espíritu sensible, lo impregna de conmociones. Es una cumbre donde casa acabadamente la llamada mutua entre poesía y verdad. Sorazu es poeta mística porque nos deja en los atrios de la alta Realidad sin aderezos espurios: … la Virgen hiriendo el corazón de Dios ha abierto la puerta por donde se explaya el infinito volcán de su caridad divina . (No pasemos por alto esta, entre otras, concéntrica sonoridad final, una de las piedras de toque de consideración para su poética, así como la rica existencia de imágenes nuevas). Tal lenguaje fuerte y abierto es un desafío desde la pureza; tal vez, pienso directamente, un desafío a la impureza misma. Porque estamos leyendo a Sorazu, un siglo después, en un mundo que se escandaliza del lenguaje puro, porque le asusta. Como le asusta el silencio. Pero la mística propaga con toda su fuerza lo que en ella es vida: pasan por mi alma como abismos montañosos que pretenden absorberme (…) tu Hijo, que quiere compartir conmigo su divino desamparo . La Venerable y mística Ángeles Sorazu ensaya hallar el lenguaje más altamente puro posible porque se está jugando decir a María, pronunciar María, en su realidad. Tiene conciencia diáfana de escritora religiosa. En un momento dado escribe, después de encontrar la voz idónea, y casi pidiendo disculpas: … la Virginidad y Maternidad de la misma divina Señora es el exquisito mosto de granadas que “enloquece” (permítaseme la expresión) al Verbo increado. En otro pasaje: … después de haberse nutrido de las perfecciones divinas que contempla y ama en Dios, la Virgen de las vírgenes “amamanta” (permítase la expresión) al mismo Dios con el purísimo y sabroso néctar de su ciencia y caridad . Sorazu: audaz y niña en la fe; audaz en el lenguaje. Y esto es sólo propio de los místicos, cuyas audacias se malinterpretan, tan a menudo, por contemplarlas desde planos axiológicos inferiores. Con esta audacia en la verdad, escribe que Dios anhela pertenecer a María –¡tanta, la complacencia en su virginidad!–, y que, en completitud, María es ‘cuarta relación’ trinitaria: Viendo el conjunto de bellezas que entraña el alma inmaculada de María, su gracia y caridad, su virginidad y fecundidad maravillosa, divina, Dios Verbo quiere pertenecer a la Señora (…). Quiere tomar la naturaleza de la Virgen y apropiarse sus virtudes y cualidades. Quiere absorberse en María –con asombrosa semejanza a Sí: ve en ella otro Yo ; encuentra en Ella, acumulados por Él, privilegios por amor de Sí Mismo –; quiere absorberse en María, que se encuentra en el esplendor de su majestad y excelencia casi infinita . Y por esto, para comprender a María, sería menester conocer la infinita bondad y excelencia del Verbo de Dios, que la eligió para su habitación y la constituyó, en una relación poderosa de intimidad, su Ciudad mística .


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