Parece Magia, pero es también Ciencia. Todos tenemos una conciencia, en virtud de la cual percibimos la vida. Sin ese aliento vital quedaríamos reducidos a un compuesto físico-químico inorgánico, linfa, sangre, orina y excrementos, tasados aproximadamente en 134 dólares. Convivimos a diario con mente y conciencia sin saber en qué consisten ni cómo adiestrarnos en su manejo ¿De dónde surge esa fuerza o energía, que se esfuma misteriosamente cuando sobreviene la muerte? Morimos, sin haber vivido de veras, sin haber asimilado lo que es la vida en sí. Fascinante recorrido por el desarrollo científico, desde los hedores de la inquisición hasta la inteligencia artificial y la cuarta revolución industrial ¿Dará lugar la fusión entre tecnología e inteligencia humana a que la tecnología domine a la postre a la biología, desembocando en una inteligencia superior no biológica? El hecho es que estamos padeciendo ya una severa obesidad digital, una pandemia planetaria derivada de la narco dependencia a los “fármacos digitales”, la “heroína y cocaína electrónica” que nos tiene sumergidos en una realidad virtual. El homo sapiens sabe mucho del mundo que le rodea, pero es un colosal analfabeto de su universo interior. La psicología, supuestamente la ciencia de la conciencia, endosó su estudio a la neurobiología, encarcelando de paso a la conciencia en el cerebro, calificando como una misma cosa psiquis, alma, mente, conciencia y cerebro. La lupa cegatona del método (dogma) científico invalida a priori, como un asunto de creencias, cualquier intento sensato de penetrar en estos recintos, impidiendo consecuentemente llevar a la ciencia a las instancias de la conciencia. Para fortuna de todos, se viene adelantando hace ya varias décadas un diálogo fructífero entre Oriente y Occidente. Ciencia y Espiritualidad están conciliando sus sabidurías, la primera partiendo del mundo externo, la segunda del dominio interno. Esta comunión de intereses está procreando una ciencia al servicio de la humanidad y de la vida, como debe ser, en oposición a una humanidad esclavizada a la ciencia, y a un planeta y la vida que sustenta crecientemente saqueados por el desenfreno materialista y utilitarista, los dogmas de la religión industrial. Sólidas bases están cimentándose, sobre las cuales se edificará nuestro futuro. De su mayor o menor auge, dependerá la subsistencia de la vida en el planeta Tierra, al menos como la conocemos hoy en día, una tarea que te concierne también a TI, amigo lector, como protagonista principal. Es por ello que esta obra está dedicada especialmente PARA TI, como persona humana, como sujeto investigador y objeto de estudio, como la obra artística a plasmar a la vez que como el artista creador y genio. Contenido como el de esta obra, está despertando un interés creciente en el mundo entero, y tendrá validez mientras subsista la especie humana.