García Pérez: «La crítica literaria está herida de muerte en España»

El escritor disecciona con pesimismo y humor las claves de un oficio necesario pero amenazado por la «propaganda»

Gijón, J. L. ARGÜELLES

La tesis es contundente: «La crítica literaria española está herida de muerte; apenas quedan críticos y el hombre de letras carece del prestigio que tuvo hasta los años setenta del pasado siglo». Son algunas de las conclusiones que expuso ayer en el Antiguo Instituto el escritor, profesor y crítico en ejercicio (en el suplemento «Cultura» de LA NUEVA ESPAÑA) Francisco García Pérez, que respondió -un pie en el humor y el otro en el pesimismo- al reto de una pregunta : «¿Qué es y para qué sirve la crítica literaria?».

García Pérez (Oviedo, 1953), autor de libros como «Crónicas del Bierzo», «Una meditación sobre Juan Benet», «Lopezdebega y Garrote Bill o las tribulaciones de un profesor de Lengua en Secundaria» o «Lo que hay que oír», donde ha reunido algunas de las columnas que escribe en este diario desde hace más de dos décadas, relacionó el declive de la crítica literaria con la creciente supeditación de la literatura a la industria y, por tanto, con la «victoria de la propaganda». Relató incluso el suceso que, a su juicio, ha mostrado con nitidez esa agónica situación: el conflicto que el crítico Ignacio Echevarría tuvo con su anterior periódico, «El País», por una crítica negativa que escribió sobre «El hijo del acordeonista», novela de Bernardo Atxaga, publicada por Alfaguara, sello del mismo grupo empresarial que el citado diario.

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