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No, me gusta este titular: comas que lo cambian todo

Jaime Rubio Hancock / El País

Día 14/10/2014

Desde Fundéu, Judith González nos cuenta que muchas de las consultas que reciben sobre puntuación son precisamente sobre estas comas, las del vocativo. González explica que la puntuación "nunca es fácil" porque, aunque es cierto que "hay comas que no son obligatorias", otras "pueden cambiar el sentido de la frase o simplemente son incorrectas".

Otras dudas habituales que suelen llegar a Fundéu son el uso de la coma y la conjunción "y", la coma en las enumeraciones, la coma en los encabezamientos de las cartas y la coma en las oraciones causales, entre otras, incluyendo el ejemplo clásico para los adjetivos.

Lo cierto es que según donde coloquemos o dejemos de colocar las comas, el significado de la frase puede resultar ambiguo. Esto es muy útil si trabajas como pitonisa en el oráculo de Delfos. Tal vez conscientes de la imposibilidad de adivinar el futuro, estas adivinas ofrecían augurios que el interesado podía interpretar a su gusto.

Dos incisos: primero, la frase podría ser latina en su origen. Y segundo, en favor de la pitonisa, hay que tener en cuenta que los signos de puntuación comienzan a usarse a partir de la Edad Media y no se extienden hasta la invención de la imprenta, si bien es cierto que los latinos usaban signos para indicar la entonación de un texto.

 

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