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Buscando en el refranero popular II

 

Seguimos con algunos ejemplos de frases o refranes que empelamos a menudo pero de los que se nos escapa el origen. Cuantas veces nos habremos preguntado: Y ¿por qué se dice a la chita callando? ¿Quién o qué sería chita?

 

PERDER LOS ESTRIBOS
Según el Diccionario de la Real Academia, significa impacientarse mucho y desbarrar; hablar u obrar fuera de la razón. Alude al jinete a quien se le salen los pies de los estribos involuntariamente cuando va a caballo. Antiguamente se decía perder los estribos de la paciencia, y así aparece recogida la frase en el Vocabulario del maestro Gonzalo Correas, del primer tercio del S. XVII.

 

ESTAR A DOS VELAS
Se emplea para decir que se está sin dinero; que se carece de toda clase de recursos. No hay certeza sobre el origen de esta, pero es muy posible que aluda al juego y al hecho de que antiguamente, en las timbas y partidas de naipes, el banquero solía actuar entre dos velas. En este supuesto dejar al banquero a dos velas o quedarse a dos velas equivaldría a dejarle al banquero sin un cuarto

 

A LA CHITA CALLANDO
Hacer una cosa a la chita callando significa hacerlo con mucho sigilo, con disimulo o en secreto. El origen de la frase se atribuye al juego de las chitas. Según cita José Mª Iribarren a Cejador en su Tesoro-Silbantes, "chita es la taba con que juegan los muchachos, y el palito, bolillo o hueso sobre el que se colocan monedas y se tira con tejos, desde cierta distancia, a tumbarlo, ganando el(tejo) que queda más cerca del dinero que cayó".

 

QUIEN SE FUE A SEVILLA, PERDIÓ SU SILLA
En El porqué de los dichos de José Mª Iribarren se explica que: "en tiempos de Enrique IV le fue concedido el arzobispado de Santiago de Compostela a un sobrino del arzobispo de Sevilla, don Alonso de Fonseca, y como el reino de Galicia estaba muy alterado, creyó el electo que el tomar posesión iba a costarle Dios y ayuda. Pidióselo a su tío, y éste convino en que iría él a Santiago a pacificar Galicia, y que mientras tanto quedase su sobrino en el arzobispado de Sevilla."


"Don Alonso de Fonseca restableció el sosiego en la revuelta diócesis de Santiago; pero cuando trató de deshacer el trueque con su sobrino, éste se resistió a dejar la silla hispalense. Hubo necesidad, para apearle de su resolución, no sólo de un mandamiento del Papa, sino de que interviniese el rey y de que algunos partidarios del sobrino Fonseca fuesen ahorcados después de breve proceso." Dedúcese que el refrán debe decir que la ausencia perjudica, no al que se fue a a Sevilla, sino al que se fue de ella".

 

ESTAR EN BABIA
Babia existe y es una apartada comarca de la provincia de León, en España. Durante la Edad Media, abundaba la caza en ese lugar y los reyes de León lo eligieron como punto de reposo, particularmente para alejarse de los problemas de la corte, lo cual provocaba estancias prolongadas. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia y actualmente se utiliza con el sentido de estar despistado.