Imprimir

 

La Brujería en la cuentística de Silvina Ocampo

Estudio analítico: Los días de la noche, la furia y otros cuentos, y Cornelia frente el espejo

Abstracto

Este estudio se considera una nueva aportación a los exiguos estudios dedicados a la brujería en la narrativa de la escritora, mientras que, por otro lado, existe una abundante cantidad de estudios que plantean otros tópicos. A través de esta investigación se aparecen otras facetas de la imagen de los brujos, ya que el estudio se trata de la variedad de la imagen de los brujos en la cuentística de la escritora, cuya obra está impregnada de la influencia de la literatura fantástica. Cabe destacar que Silvina Ocampo, por la metáfora de la nueva imagen de los brujos, se aproxima a los temas esenciales que preocupan al ser humano, como por ejemplo el futuro, el destino, la muerte, la juventud y la vejez. También, sus brujos son muy distintos a los que aparecen en las obras clásicas. Pese a la diversidad de los relatos de Silvina Ocampo, elegimos algunos relatos en los que la escritora nos presenta una novedad y una variedad en la figura del brujo, tal y como Los días de la noche (1970), La furia y otros cuentos (1959), y Cornelia frente el espejo (1988).

Las palabras claves: Silvina Ocampo, literatura fantástica, los brujos, el destino, y nueva imagen.

  1. 1.1.Vida y vocación literaria

   Silvina Inocencia María Ocampo de Bioy, nace en Buenos Aires el 21 de julio 1903. Es hermana de la escritora y fundadora de la revista Sur, Victoria Ocampo, y esposa del gran narrador argentino Adolfo Bioy Casares. La autora es conocida por la calidad literaria de sus cuentos, y su nombre ha pasado a la historia de la literatura argentina del siglo XX por el humor cruel que supo imprimir en algunos protagonistas de estos relatos. Crece en el seno de una familia hondamente arraigada en los círculos culturales argentinos. De joven estudia dibujo en Paris con Giorgio de Chirinco y muestra inclinación por la poesía, luego se dedica por completo al mundo literario. Gracias a Jorge Luis Borges con quien la une una gran amistad, conoce a su marido, el escritor Adolfo Bioy Casares con quien se casa en 1940.

   Ocampo colabora con Jorge Luis Borges en varios libros, entre los cuales destacan Antología de la literatura fantástica (1940) y publican tambiénUna Antología poéticaargentina (1941). Con su marido Bioy casares, escribe una novela policiaca titulada Los que aman, odian (1946). Silvina Ocampo también colabora con Juan Rodolfo Wilcock, escribiendo el drama en verso Los traidores (1956). Además, es amiga de la poeta argentina Alejandra Pizarnik.

   Su creación poética, alabada por Borges, se reparte en varios libros: Enumeración de la patria (1942), Espacios métricos (1942), Los sonetos del jardín (1946), Poemas de amor desesperado (1949), Los nombres (1953), Lo amargo por lo dulce (1962), Amarillo celeste (1972), Árboles de Buenos Aires (1979), y Breve santoral (1985), este último acompañado de ilustraciones hechas por la escritora argentina Estela Canto. Ocampo gana el segundo Premio Nacional de Poesía con el libro Los nombres, el Premio Municipal por Espacios métricos y el primer Premio Nacional de Poesía con Lo amargo por lo dulce. Por otra parte, Ocampo lleva a cabo diversas traducciones al castellano de poetas extranjeros, como Gérard de Nerval, Charles Baudelaire, Alexander Pope o Pierre de Ronsard.

   A parte de ser traductora, ocasionalmente se convierte en una escritora para niños y dramaturga. Entre 1974 y 1979 publica cinco volúmenes de cuentos infantiles (El Tobogán, El Caballo Alado, Canto escolar, el Cofre volante y La naranja maravillosa). Borges prologa una antología de sus cuentos publicada en Francia (1974), cuya introducción es del escritor italiano Ítalo Calvino.

   Cabe destacar que Ocampo no ha tenido la gala que hubiera merecido en las letras argentinas, en otras palabras, JesúsAbderrahmán Medellín comenta que “Ocampo no ha sido considerada en los diccionarios de literatura argentina; aunque es cierto que existe crítica acerca de su obra, esta es muy escasa y podemos decir que en general fue ignorada casi totalmente hasta finales de la década de los ochentas”[1]. En 1980, Ocampo aclaró que no se le otorgó el Premio Nacional porque los jueces opinaron que sus historias desembocaban en la crueldad con demasía. Pero en 1984, La Fundación Konex le otorgó el Diploma al mérito por su narrativa.

   Los libros: La furia y otros cuentos y Los días de la noche pertenecen a la etapa en el que Ocampo parece utilizar un estilo propio y original que la va a alejar de los convencionalismos existentes en su época. Y en los dos últimos libros publicados en España, Y así sucesivamente (1987) y Cornelia frente al espejo (1988), la escritora intenta burlarse de toda lógica y herencia temática. Aquí el humor aparece afiliado al absurdo. Sus cuentos están poblados por seres fantásticos que parecen ser retratados desde la ironía y el humor negro de los cuales hace gala su autora.

   Silvina Ocampo muere en 1993, a la edad de noventa años. Fallece y una parte de su obra sigue inédita y sin obtener el reconocimiento merecido. Pero, en 2006, la editorial Lumen publica una antología de relatos inéditos a cargo de Ernesto Montequin bajo el título de Las repeticiones y otros cuentos inéditos. En el mismo año, la editorial Sudamericana publica un libro de memorias, escrito en verso, titulado Invenciones del recuerdo. También en el año 2000 aparece una edición que recopila sus cuentos completos, y en 2003, surge una antología de relatos y poemas seleccionados por Mercedes Güiraldes y Daniel Gigena con un prólogo de Edgardo Cozarinski. Todo ello, nos muestra el interés que se ha despertado por la obra de esta autora en los últimos años.Por último, cabe mencionar que Ocampo junto a Jorge Luis Borges y su esposo Adolfo Bioy Casares pertenecen a una generación de escritores argentinos, que se llama "generación del cuarenta".

1.2. La crítica y la obra de Silvina Ocampo    

“En palabras de Juan Rodolfo Wilcock, con quien escribióLos traidores “Borges, representaba el genio total, ocioso y perezoso, Bioy Casares, la inteligencia activa, entre los dos, Silvina Ocampo era la sibila, la maga, que les recordaba en cada movimiento y en cada palabra la singularidad y el misterio del universo. Juntos formaban una trinidad divina”[2].

   El libro Viaje olvidado publicado, en el año 1937 por la editorial Sur, fue su primer libro publicado. La crítica ataca este volumen con algunas opiniones negativas quizá debido a la marginalidad del libro en el tiempo en el que se publicó, como declaraJesús Abderrahmán Medellín Chávez, en su libro la influencia del surrealismo en los primeros relatos de Silvina Ocampo. Este volumen fue ignorado por algunos críticos hastala aparición de Autobiografía de Irene (1948). Este librosale a la luz tres años antes de la publicación de la Antología de la literatura fantástica.

   Viaje olvidado presenta temas fundamentales para Ocampo, como el poder de lo sobrenatural, el amor, la memoria, y la incomunicación establecida entre el mundo de los adultos y el de la infancia. Los cuentos tienen una notable influencia surrealista; los sueños y las alucinaciones se suceden a través de imágenes de gran plasticidad. Por una parte, la propia hermana de la escritora, Victoria Ocampo, destaca que:

“Los cuentos de Silvina Ocampo son recuerdos Enmascarados de sueños; sueños de la especie de los que Soñamos con los ojos abiertos. (...) La amistad o la enemistad de las cosas inanimadas pueblan estos relatos como poblaban nuestra infancia o como pueblan la vida de las tribus salvajes”[3].

   Por otra parte, Victoria Ocampo se molesta por el hecho de que Silvina Ocampo se ha acercado demasiado a los recuerdos compartidos entre ellas. De acuerdo con Enrique Pezzoni, "lo que en realidad molestó a Victoria de los relatos fue su carácter ficcional: Lo que censura en Viajeolvidado es el sesgo anti-proustiano: no se inicia el viaje en busca del tiempo perdido, sino hacia el rechazo y la reprogramación: la invención”[4].

   Otro crítico, como José Bianco, descubre en Viaje olvidado el choque del lector ante el mundo mágico de algunos de los relatos y la existencia de la infancia que indica a lo ambiguo. Bianco También subraya la inclinación de Silvina Ocampo por los marginados. Asimismo, aclara Jesús Abderrahmán Medellín Chávez que Bianco se da cuenta del carácter complejo de esos relatos relacionados con la vanguardia. Bianco es el primer lector de Silvina Ocampo que nota que los cuentos producen algo extraño al lector. Además Bianco señala "la tendencia de Ocampo por subvertir los valores tradicionales de aquello que introduce en sus cuentos y el imperceptible enrarecimiento de la realidad que esto provoca"[5].

   En general, el aspecto más recurrente en la obra de Ocampo es la combinación de los mundos opuestos; con frecuencia se presentan conceptos distintos: el mundo de la infancia frente al de los adultos; el mundo de los pobres o los sirvientes frente al de los ricos o los dueños, y la locura contra la razón. En 1948 Silvina Ocampo publica Autobiografía de Irene, un libro con el que desarrolla una nueva etapa en su obra cuentística, después de once años en los que no publica obra narrativa.Autobiografía de Irene es el libro en el que Silvina Ocampo está más relacionada con la estética del grupo del Sur (Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges)[6]. En estos relatos la voz de la autora es menos personal. Así, por ejemplo, demuestran los relatos El impostor y Autobiografía de Irene que los hombres constituyen un mismo hombre, lo que es un tema en común con los relatos de Borges.

   El libro se compone de cinco relatos de diferente extensión en los que surge el indicio fantástico. Y las formas narrativas son más elaboradas que las de Viaje olvidado. Los cuentos de Autobiografía de Irene presentan los temas fantásticos con un toque filosófico. Cuando Ocampo compara este libro con el anterior "haciendo énfasis en el tránsito de la literatura fantástica a un sentido muy peculiar del realismo, en donde la realidad aparece torcida en su esencia”[7], encontramos una notable novedad técnica en Autobiografía de Irene.

   Con la furia y otros cuentos, publicado en 1959, Ocampo empieza otro estilo nuevo en su narrativa. La autora alcanza esta etapa, alejándose de la complejidad estructural de Autobiografía de Irene y el subjetivismo de Viaje olvidado.

   El libro comprende relatos cortos, más informales, que presentan algunos temas como, la amistad, el amor, el trabajo, y la crueldad los cuales se manifiestan entre los personajes con frecuencia. Blas Matamoro comenta que:

“Los cuentos de La Furia se refieren a un mundo que se derrumba y que aparece, por ello, como insólito y extraño. El universo narrativo se encuentra desarticulado y regido por la incomprensión; la fragmentación y la incompletitud, los cuales se convierten en una técnica literaria en esta obra. Así, los lugares y las épocas son borrosos y el desarraigo se presenta junto con el horror como el fundamento de la realidad. Además, las historias se captan en el momento de tensión máxima, lo que acentúa la imprevisibilidad y la sorpresa”[8].

   En el año 1961 Silvina Ocampo publica el libro Las invitadas. En este libro, como en el anterior, abundan los relatos de atmósfera fantástica que se mezclan con lo cotidiano. La ambigüedad tiñe las páginas de este libro, según Jesús Abderrahmán con esta obra, "aseguró su reputación como escritora de relatos cortos"[9], contiene cuarenta y cuatro cuentos y es la más extensa de su producción.Por otro lado, su libro, Los días de la noche, se publica en 1970, después de una ruptura con la escritura. Cada relato tiene sus propias leyes. La ironía predomina en todos los aspectos de la realidad de sus cuentos.

   Los dos últimos libros de Silvina Ocampo son Y así sucesivamente (1987)y Cornelia frente al espejo (1988), y suponen una nueva concepción delcuento. El discurso se llena de contradicciones e incluso incoherencias que dificultan la comprensión del lector que debe a su vez participar en la creación de los textos y la reconstrucción de los signos implícitos. La obra de Silvina Ocampo se caracteriza por ser enigmática; Martha Cerda considera que "el hermetismo es el tema principal de los cuentos de Y así sucesivamente[10].

   En Cornelia frente al espejo, Silvina Ocampo cuida la estética, la unidad del relato y, asimismo, la relación entre la historia y el discurso. Nos presenta temas filosóficos y reflexiones sobre la vida, la muerte, la memoria, y el olvido que tienen mucha importancia para Ocampo.

   En total, la literatura de Ocampo no busca definiciones ni conclusiones. Brota el deseo de encontrar un orden diferente al que existe en la vida. La realidad en su obra es un mundo degradado. Las historias incitan el descubrimiento de la marginalidad, el miedo que provoca lo ambiguo.

   Por otro lado, la obra de Ocampo constituye un cierto rechazo y una hostilidad hacia el canon de belleza y hacia el concepto de “buen gusto”, conceptos que defiende la revista Sur.Lo fantástico va acompañado por la crueldad y el absurdo, lo que constituye la mayor originalidad de la autora.

   Las características comunes de los cuentos de Ocampo son las intuiciones, los sueños y las obsesiones. Por otra parte, Silvina Ocampo intenta borrar las fronteras entre la prosa y la poesía. En su extensa obra encontramos poemas en prosa, versificaciones de cuentos, lirismo en muchas narraciones, tales como los cuentos de Autobiografía de Irene que fueron redactados en verso y en prosa. La prosa y la poesía son igualmente importantes en su producción y ambas están llenas de sus obsesiones, como la pintura y la música también.

   La imaginación envuelve constantemente su obra; las nuevas formas de narración fantástica o el planteamiento surrealista de los temas clásicos, aparece en su obra como, por ejemplo, la brujería, que es un tema recurrente en dichas obras. En este sentido, lo fantástico surge por la figura retórica de la brujería, que es la fuente de la magia en la cuentística ocampiana, ya que lo extraño se inserta en lo cotidiano de sus relatos.

1.3. Los cuentos en el marco literario

   Hubo algunos cambios políticos en Argentina en el siglo XX, lo que influyó en su ambiente cultural en general. Para empezar, debemos entender que la democracia política se introdujo plenamente en la Argentina gracias al presidente Roca Sáenz (1910-1914). La vida en la ciudad de Buenos Aires durante el periodo de 1869 a 1914 fue dura debido al aumento de su población y al movimiento inmigratorio. Como consecuencia de ello, subió el costo de la vida lo que afecta sobre todo a la clase obrera.

   Pero este período no planteó muchos cambios culturales porque desde 1916 hasta 1930[11] el radicalismo llegó al poder y el régimen político se hizo conservador, en su totalidad. Por otra parte, Argentina se mantuvo neutra durante la Primera Guerra Mundial, del mismo modo, ello afectó económicamente tanto a Argentina como a todo el resto del mundo. Durante este período surgieron algunos marginados de la población, que fueron ignorados durante el periodo del régimen conservador. Y apareció una clase burguesa de tendencia liberal, para la Argentina de esa época fue un período de paz social sin inquietudes políticas. Por eso fue posible la existencia de una generación de escritores que pudieron, durante la segunda década del siglo XX, dedicarse a los movimientos de vanguardia como veremos posteriormente.

   Seguidamente, el reflejo de la clase alta se representa en La sibila y El goce y la penitencia. En el primero, Ocampo indica la elegancia y el lujo de la clase alta describiendo la casa de la niña bruja Aurora: “Di unos pasos y entré en una sala enorme, llena de vitrinas; aquello era una tienda o una iglesia. Por todas partes se veían estatuas, bomboneras, miniaturas, collares, abanicos, relicarios, muñequitos” lo que hace al adolescente un ladrón[12]engaña a Aurora pretendiendo que es El señor, que fue enviado por Clotilde Ifrán quien es la costurera con quien la madre deja a Aurora. Otra figura de la madre de clase alta surge en “El goce y la penitencia”, Ocampo narrauna historia fracasada de la relación entre una pareja. La protagonista está sometida al deseo de su marido yendo a un pintor para que retrate a su hijo, lo cual es un hábito en su familia, y se enamora del pintor.Puede observarse que la mayoría de estas figuras femeninas se instalan en la marginalidad, la pobreza, y el sometimiento.Como lo nota Claudia Mosevich:

“Esta ambivalencia ésta presente en los rasgos de los personajes femeninos que se caracterizan por ser transgresores con respecto a la maternidad y a la fidelidad marital, pero también esclavos de la apariencia física, por lo tanto, sometidos al deseo del hombre. Silvina aborda sus textos con todas las contradicciones de la sociedad, sin hipocresía o sin falsa protección”[13].

   Por otro lado, los cuentos de Ocampo recrean una amplia serie de personajes femeninos; como, por ejemplo, mujeres de clase social alta o baja, otras de clase obrera, amas de casa, niñeras, y costureras. Entre los relatos de Ocampo se puede citar, El cuaderno, en el que la protagonista es de clase proletaria, la escritora relata que ésta trabaja desde los quince años cosiendo sombreros. Toda su ambición en la vida reside en tener un hijo guapo como él del cuaderno de las fotos, que pertenece a su vecina. Este hijo es el fruto de la imaginación de Ermlina es decir: es solo una ilusión.

   Y la de Clotilde Ifrán, quien es una costurera muerta, que ayuda a una niña, abandonada por su madre, para tejer su traje del carnaval. Entre otras figuras, la de Muñeca, la cual es una mujer adulta de veintinueve años narrando que es una niña bruja huérfana quien se ve obligada a vivir con diferentes tutores. E Irme de Ladivina quien representa el personaje femenino viejo y feo, que se dedica a la brujería. Por otra parte, la figurita adolescente de Soñadora compulsiva difiere a lo anterior; es más joven y sueña con el amor ideal hasta que este se convierte en una amenaza. Y en Con pasión Felicia es un personaje femenino, que padece una rara enfermedad. Ello ocurre después de la predicción de su tía cuando Felicia era niña.

   En general, la sociedad argentina atormentada se refleja claramente en muchos de los cuentos de Silvina Ocampo en los cuales se refiere mucho a los marginados. La escritora sugiere la brujería como la solución de la incompetencia de sus protagonistas con pocos recursos. Por ejemplo, en El mal, Ocampo indaga en el Mundo burgués de Buenos Aires, al profundizar en el inconsciente de Efrén, el enfermo que tiene delirios.La enfermedad se vuelve su felicidad y su tranquilidad. Por otra parte, el lenguaje de Ocampo que emplea en sus cuentos indica la influencia de la clase popular; los clichés lingüísticos, los dichos populares, con relación a esto, Carolina Suárez Hernán comenta:

“Silvina Ocampo comparte con Julio Cortázar este interés por reproducir el registro oral rioplatense; así como por llevar a cabo una transposición irónica de éste. La autora presenta una visión muy crítica de las conductas sociales mediante la descripción de lugares comunes y estereotipos que aparecen exagerados hasta la caricatura. Así, la representación hiperbólica del estereotipo asume las formas de lo grotesco y la narración se acerca al ámbito de lo absurdo. La fragmentación tiene su de lo absurdo”[14].

   La narrativa de Ocampo es un campo de búsqueda de órdenes distintos en el que se manifiesta otra visión de la realidad. El horror y el humor representan los elementos recurrentes que profundizan los cimientos de la burguesía porteña, por ejemplo el cuento, Los sueños de Leopoldina, se refleja los sueños de la burguesía, que son simples y modestos. Y cuando la protagonista responde a la ambición de sus sobrinas y la conduce a la muerte.

   En cuanto a la literatura argentina del siglo XX, el fenómeno difundido en el occidente, sobre todo en Argentina, es el orientalismo, y es debido a la difusión de unas obras orientales importantes en el mundo occidental, tales como: las Mil y una noches[15], el Ramayana, las Rubaiyatas de Omar Khayyam, o el descubrimiento de la obra de Rabindranath Tagore, y la creciente atracción por las filosofías orientales. El orientalismo es la tendencia heredada de la generación de 1837 que sirvió para establecer el tópico de la barbarie nativa, según las opiniones de los occidentales, en la literatura, que se inspira de la barbarie oriental.

   Posteriormente, hay otra muestra de interés sobre oriente, ya que a la generación del 80 le interesa la situación política y social de esta zona del mundo. En este sentido, Eduardo Wilde intenta establecer un diálogo político directo entre Japón y los países de Europa, lo que facilita la vía de la modernización, cada país lo adopta a su fórmula. Luego el modernismo literario aparece, y de un sentido distinto, el orientalismo adopta otro papel ajeno a lo político. Se concibe un sentido exótico y claramente nada más extraño que el oriente.

   Cabe mencionar que el orientalismo fue presentado en la revista del Sur, y es sabido que Ocampo es un miembro importante del Sur, es fácil que se viera influida por este tipo de obras en su narrativa.De este modo, Ocampo ve en esta tendencia un terreno propicio para el brote y el florecimiento de la figura del brujo, planteando una nueva perspectiva de la brujería provocando la fantasía y lo misterioso. Un ejemplo muy representativo del orientalismo es “la Antología de la literatura fantástica” de Silvina Ocampo, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, en la que aborda algunos textos de tendencia fantástica de algunos escritores occidentales, occidentales orientalistas, y orientales.

   Cabe mencionar que la Antología de la literatura fantásticaplantea algunos cuentos árabes anónimos como, por ejemplo, Historia de Abdula, el mendigo ciego, escogida por Las mil y una noches. Influyendo así en el desarrollo de la trayectoria literaria de algunos escritores hispanoamericanos y sobre todo argentinos, tales como Bianco, Borges, Cortázar, Denevi y Wilcock. Para concluir, hay algunos factores que facilitan la difusión del orientalismo en el occidente entre ellos: la difusión de algunas obras importantes orientales; la atracción hacia las filosofías orientales; la falta de los recursos intelectuales a causa de la primera guerra mundial y la búsqueda de nuevos métodos intelectuales.

   Por otro lado, Surge la vanguardia, que es el fenómeno estético capital del siglo XX. Aparece en la primera década del siglo XX y se extiende hasta los principios de los años treinta; en los que aparece una renovación, lo denominan "primera vanguardia", en este sentido, Oviedo explica que “es la misma noción de lo nuevo lo que la vanguardia exalta como valor supremo; es decir, una negación o contradicción de lo que nos viene dado por la tradición"[16]. A pesar de que la vanguardia deriva de lo nuevo, lo nuevo no es demasiado nuevo, o, mejor dicho, la diferencia reside en que la vanguardia tiene un sentido crítico de su propia novedad. Constantemente, esta búsqueda de la novedad supone una rebeldía por rechazar lo establecido. En otras palabras, los movimientos literarios de este nuevo arte se caracterizan por tener una respuesta rebelde a la crisis ideológica de la sociedad, rompen con las normas estéticas y quitan las antiguas barreras del arte, e inician la literatura contemporánea, rompen las fronteras y crean una literatura continental.

   Entre las expresiones del vanguardismo surgen el cubismo, el futurismo, el ultraísmo, el dadismo, el surrealismo, el existencialismo y otros. Primero, el cubismo aparece en 1907, gracias a Picasso y Braque. Se representa con figuras o imágenes que simbolizan el tema, también combina entre lo antiguo y lo mágico. El segundo aporte es el futurismo, surge en Italia gracias al poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti. También rompe con el pasado y lo convencional del arte, sus postulados son la exaltación de lo sensual, lo nacional y lo guerrero.

   Por otra parte, el ultraísmo aparece entre 1918 y 1922 en España, gracias a Rafael Cansinos y Guillermo de Torre y llega a Argentina con Borges. Contribuye al uso del verso libre, la anécdota y el desarrollo de la metáfora.

   Entre 1916 y 1922, surge el dadismo[17], debido a la violencia y la pérdida de sentido que lleva envuelto la Primera Guerra Mundial, rechazando los cimientos de la sociedad aburguesada. Más tarde, mediante el humor del dadismo, brotan las semillas del surrealismo, aparece en Francia en 1920 alrededor de André Bretón, quien se interesa por descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real a través de lo imaginario y lo irracional. Finalmente, aparece el existencialismo, considerado una corriente filosófica. Los existencialistas se centran en la condición humana, y las emociones, así el significado de la vida y el ser humano son el eje de su estudio.

   Cabe mencionar que la vía, para la difusión de las tendencias vanguardistas, es fecunda debido a dos factores históricos fundamentales: La Revolución Bolchevique y La Revolución Mexicana. Lo que estimula el espíritu revolucionario tanto en Europa como en Hispanoamericana. Igualmente es de anotar que el primer aporte hispanoamericano a la vanguardia se presenta gracias al chileno Vicente Huidobro, en 1914, con su manifiesto "Non serviam". Y en Argentina; específicamente se presenta debido a los grupos de Boedo y Florida. En este sentido, las revistas, las exposiciones y los manifiestos difunden el vanguardismo en Hispanoamérica desde Europa. La revista capital, en la que Ocampo es miembro, es Sur, cabe mencionar que “Al año 1937 la editorial Sur publica su primer libro: Viaje olvidado, colección de historias cortas que señalan su interés en la literatura de vanguardia.”[18], que se constituye por la idea del escritor norteamericano Waldo Frank y del argentino Eduardo Mallea, de crear una publicación para los jóvenes literarios argentinos. Frank y Mallea convencen a Victoria Ocampo para que dirija la revista, aunque su estética aparece algo renovada. Es de resaltar que las principales revistas fueron: la revista ultraísta Martín Fierro, ya que “En 1927, la revista Martín Fierro publicó algunos de sus dibujos para ilustrar un escrito de Jorge Luis Borges, sin embargo, Ocampo no conoció a Borges sino hasta 1934, el mismo año en que conoció a Adolfo Bioy Casares”[19], otra es Proa que aparece en dos etapas: la primera, de 1922 a 1923; la segunda, de 1924 a 1925.

   En 1925, es obvia la competencia entre los grupos Florida y Boedo, -cuyos nombres han sido adoptados para nominar calles de ciudades argentinas- El grupo, cuya figura esencial es Roberto Arlt, se inclina por la literatura social y por unas formas muy tradicionales. Mientras que, por el contrario, el grupo Florida se relaciona con la revista Martín Fierro, que se identifica con la estética de la clase social. Supongamos que la narrativa de Ocampo se identifica con la literatura Boedo por tratar la literatura social con formas tradicionales, ya que los temas de los cuentos son de la sociedad expresados en un entorno tradicional, como es la figura del brujo. Otras publicaciones vanguardistas son Nosotros, Inicial, Valoraciones, y Síntesis.

     En cuanto a Ocampo, podemos decir que corresponde a la generación de 1924, que agrupa a los escritores nacidos entre 1894 y 1923, a los nacidos esta generación se divide en dos corrientes; la vanguardista y post-vanguardista. La primera corriente abarca a los nacidos durante 1894 y 1909 y la otra a los nacidos, entre 1909 y 1923. En otras palabras, Ocampo pertenece a los escritores de la vanguardia debido a su fecha de nacimiento, 1904.Ocampo mostró interés por el cubismo y el surrealismo a través de su inclinación al dibujo y a la pintura, ya que, desde que era pequeña y hasta que cumplió los veinte años, iba a París a estudiar con Giorgio de Chirico y Fernand Léger, en consecuencia, gracias a sus viajes a Paris conoce de cerca los ambientes asociados con lo vanguardista. Más tarde, colaboró con Norah, la hermana de Borges.

     En 1927, la revista Martín Fierro publicó algunos de los dibujos de Ocampo.El dibujo y la pintura dejan huellas profundas en su narrativa. En general, los movimientos vanguardistas despiertan en su obra la fantasía y lo irracional. De tal modo, los cuentos El mal, Los sueños de leopoldina, y Soñadora compulsiva revelan la enigmática fantástica que la tendencia vanguardista estimula. Ocampo, en EL mal, revela las inquietudes de la realidad mediante la inconsciencia de Efrén, un enfermo que en sus delirios anticipan unas viñetas del mundo provocando la fantasía y las alegorías brujeriles. El inconsciente es la región del intelecto donde el ser humano no controla la realidad, de tal modo, es el espacio oscuro de la condición humana, en ese sentido Freud aclara:

“La ideología del surrealismo tiende a la total recuperación de nuestra fuerza psíquica por un medio que consiste en el vertiginoso descenso al interior de nosotros mismos, en la sistemática iluminación de zonas ocultas, y en el oscurecimiento progresivo de otras zonas, en el perpetuo pasear en plena zona prohibida”[20].

     De allí, el surrealismo evoca estas imágenes de la realidad por medio de una expresión mental libre, sin el control de la conciencia.Por otra parte, Ocampo expresa el surrealismo puramente en Los sueños de leopoldina, y Soñadora compulsiva, dondela fantasía surge por el sueño. En el primero, el sueño es la solución para la protagonista, pues, da rienda suelta a sus pasiones a través del sueño. Del mismo modo, es el medio para predecir el futuro, hasta que se convierte en otra inquietud. En ese sentido, José Jiménez comenta en el libro El surrealismo y el sueño:

“La invocación surrealista del sueño debe entenderse, ante todo, como la manifestación de una revuelta contra la aceptación “realista” de un mundo “mal hecho”, contra una actitud de aceptación resignada del dolor y el sufrimiento. Transmite una utopía de liberación plena de la mente, el sueño de la libertad sin límites. Eso sí, lo mismo que la utopía, cuyo máximo valor está en saber que su núcleo fundamental reside en lo que niega, en el cuestionamiento de un estado de cosas existente, así como en la consciencia de que siempre puede frustrarse, los sueños son inverificables”[21].

   Continuamente, en Los sueños de leopoldina la protagonista convoca unos objetos simples mediante sus sueños. Pero sus sobrinas desean convertirlos en bienes materiales. El vanguardismo y la fantasía estimulan y racionalizan, lo que por naturaleza no se puede controlar: sueños y milagros.

   Y en El cuaderno y El goce y la penitencia, la anticipación del futuro y, a su vez, la imaginación juega un papel fundamental, por tanto, desembocan en lo irracional. En El goce y la penitencia, la protagonista tiene una relación amorosa con el pintor quien retrata a su hijo, pero el retrato representa al futuro hijo de los dos. De allí, la fantasía reside en lo irracional y lo absurdo, no sabemos si es que el niño nace por la anticipación del futuro por parte del pintor o es una ilusión pura. En ese sentido,en El cuaderno, también surge la idea de la identidad, mediante el nacimiento irracional del niño parecido al del cuaderno. Aquí la brujeríafortalece el concepto delo irracional y lo fantástico, por lo tanto, esos son algunas de las características esenciales de la narrativa ocampiana.

   Cabe mencionar que estas tendencias de la vanguardia profundizan la visión ocampiana acerca de la belleza, la vida, la muerte, y lo eterno.La muerte es un tema recurrente en la narrativa, por la cual, Ocampo plantea diversos niveles de la realidad, tales como los cuentos La divina,La sibila, Los amigos, y Amancio luna, el sacerdote.La vanguardia se representa en La divina, mediante la preocupación de Ocampo por la condición humana, pues la realidad aparece en la obra de manera fantástica e irreal. Irme, la adivina, viaja por barco a su patria, y ocurre el hundimiento del barco, tal como Irme había predicho antes a una cliente. Lo extraordinario se constituye como algo natural, la adivina acepta la muerte y la espera, en la que es la solución de su sufrimiento desde pequeña debido a su vocación de la brujería, y por otra parte, no puede cambiar los designios de Dios, es destacable que ella se salva al final.Seguidamente, en La sibila, la muerte del chico ladrón, predicha por Aurora, surge por la magia. El chico de origen pícaro trabaja en una farmacia, de esta manera, conoce a la adivina pequeña. Ella le lee las cartas vaticinando su muerte.Él sale de su casa después de haberla robado y es matado por la policía.

   En Los amigos, la muerteabarca una percepción que va más allá de la lógica.Cornelio, un niño con ambigua fama de brujo, que atrae la enfermedad y la muerte a los demás.Él utiliza sus poderes mentales para provocar la muerte a su amigo, quien intenta asegurar que Cornelio es un brujo. Pero finalmente el brujo cambia su papel y le salva. Al contrario, de Cornelio que es asociado a la maldad, en el cuento Amancio luna es el sacerdote quien cura la gente mediante su práctica de la brujería. A pesar de ello, cuando se descubre que es un brujo, lo matan. A dos personajes que se oponen, la muerte les alcanza, pero es una muerte que no se comprende.

   Para concluir, la muerte es el desenlace final en la mayoría de los cuentos, se encarga de solucionar algún problema, por lo cual se convierte en el nexo con la vida. Entre los ejemplos obvios; en Los amigos, la muerte estimula la relación entre los amigos y aunque en principio es una venganza, luego se convierte en una salvación. Y en La divina, la muerte es el refugio, por parte de Irme, para quitarse el peso de su vocación. Continuamente, Claudia Mosevich interpreta la muerte en sus relatos “una línea delgada que separa la vida de la muerte (y que también la une a ella) diluyendo la posibilidad de toda anécdota”[22].

   Otro fenómeno literario importante del Siglo XX, surgió entre los años 1960 y 1970; fue el “Boom” latinoamericano, está más relacionado con los autores Gabriel García Márquez de Colombia, Julio Cortázar de Argentina, Carlos Fuentes de México y Mario Vargas Llosa del Perú. Por el movimiento de América Latina de la Vanguardia, estos escritores desafiaron las convenciones establecidas en la literatura latinoamericana. La literatura del "Boom" rompe las barreras entre lo fantástico y lo cotidiano, convirtiendo esta mezcla en una nueva realidad. Y Ocampo quita los límites entre lo cotidiano y lo irracional, pues, lo fantástico ocurre de manera natural en sus relatos.

   La narrativa ocampiana se expresa a través de una nueva concepción de las formas estéticas. En Hispanoamérica, la narrativa contemporánea aborda la problemática de lo real maravilloso o del realismo mágico, pero, en Argentina existe una preferencia por el tratamiento directo del elemento fantástico. Este procedimiento es muy común en los textos de Silvina Ocampo. A continuación, Todorov considera que La expresión literatura fantástica se refiere a una variedad de literatura, que es el fondo de lo fantástico. En efecto, en la realidad no coincidimos con seres sobrenaturales tales como, diablos, sílfides, ni vampiros por eso cuando se produce un acontecimiento extraordinario, es difícil explicarlo por las leyes conocidas, ya que:

“El que percibe el acontecimiento debe optar por una de las dos soluciones posibles: o bien se trata de una ilusión de los sentidos, de un producto de imaginación, y las leyes del mundo siguen siendo lo que son, o bien el acontecimiento se produjo realmente, es parte integrante de la realidad, y entonces esta realidad está regida por leyes que desconocemos. O bien el diablo es una ilusión, un ser imaginario, o bien existe realmente, como los demás seres, con la diferencia de que rara vez se lo encuentra”[23].

    En otras palabras, Propp aclara, en su libro Morfología del cuento, “La interpretación maravillosa de una parte del cuento es anterior a la interpretación racional”[24]. De allí, surge la incertidumbre que se produce por lo fantástico, de tal modo “Lo fantástico es la vacilación experimentada por un ser que no conoce más que las leyes naturales, frente a un acontecimiento aparentemente sobrenatural”[25]. En otras palabras, un fenómeno extraño puede ser interpretando por razones ordinarias o sobrenaturales, y la vacilante línea entre ambos modos crea el efecto fantástico. Nuestra escritora, Silvina Ocampo, se destacó en los círculos literarios de Buenos Aires por muchos años y aunque vio su trabajo traducido a otras lenguas, por algunas razones desconocidas no recibió el reconocimiento que merecía más allá de las fronteras del Sur.

Bibliografía

 


[1]Jesús Abderrahmán Medellín Chávez.Influencia del surrealismo en los primeros relatos de Silvina Ocampo, México, Universidad Autonomía Metropolitana, Unidad Iztapalapa, 2006, p. 13.

[2]Claudia Mosevich.El secreto mejor guardado, una aproximación a la obra literaria de Silvina Ocampo, Tesis Doctoral: Instituto Superior de letras, Eduardo Mallea, 2009, p. 24.

6CarolinaSuárez Hernán. Propuestas en la narrativa fantástica del grupo Sur (José Bianco, Silvina Ocampo, María luís bombal y Juan Rodolfo Wilcock): La poética de la ambigüedad, Tesis Doctoral: Universidad Autónoma de Madrid, 2008-2009, p.139.

7JesúsAbderrahmán Medellín Chávez, op.cit., p. 21.

8Ibíd., p. 23.

[6]Todas informaciones están extraídas por:JesúsAbderrahmán Medellín Chávez.Influencia del surrealismo en los primeros relatos de Silvina Ocampo, México, Universidad Autonomía Metropolitana, Unidad Iztapalapa, 2006.

[7]Ibíd., p. 14.

[8]CarolinaSuárez Hernán, op.cit., p. 199.

11JesúsAbderrahmán Medellín Chávez, op.cit., 2006, p. 9.

[10]Carolina Suárez Hernán, op.cit., p. 205.

13"En esta Argentina de los treintas: conservadora, autoritaria, corporativista y con evidentes tendencias fascistas, se desarrollará la revista Sur, tal vez el órgano cultural más importante de la década”.

JesúsAbderrahmán Medellín Chávez, op.cit., p. 37.

14Ocampo tenía una amistad con los niños pobres “la pobreza me parecía divina, cerca de San Isido, vivían muchos chicos pobres, su familia no le gusta que ella establezca amistad con ellos, preocupando de que le roban algo o transmiten alguna enfermedad"  

Claudia Mosevich, op.cit., p. 34.

[13]Ibíd., p. 79.

[14]Ibíd.,p. 20.

[15]“Axel Gasquet.El orientalismo argentino (1900-1940) de la revista Nosotros al Grupo Sur, University of Maryland, College Park, 2008, p. 5.

"LasMil y una noches, considerado como el “alma” del pue­blo árabe, libro que expresa a la cultura y nación árabe en su dimensión universal”; como es de notable la influencia oriental en argentina, que algunos escritores argentinos como Carlos Muzzio Sáenz-Peña y Joaquín V. González tienen el interés de traducir Rubaiyatas de Omar Khayyam, entre 1914y 1917.

[16]José Miguel Oviedo.Historia de la literatura hispanoamericana postmodernismo, vanguardia, regionalismo, Madrid, Alianza Editorial, 2001, p. 290.

[17]Cabe destacar que la información citada esta extraída por: José Miguel Oviedo.Historia de la literatura hispanoamericana postmodernismo, vanguardia, regionalismo, Madrid, Alianza Editorial, 2001.

[18]JesúsAbderrahmán Medellín Chávez, op.cit., p. 8.

[19]Ibíd., p. 8.

[20]Lilia Cristina Polo Dowmat. Técnicas plásticas del arte moderno y la posibilidad de su aplicación en arte terapia, Madrid, Tesis Doctoral: Universidad Complutense, 2003, p. 57.

[21]José Jiménez, op.cit., p. 8.

[22]Claudia Mosevich, op.cit., p. 105.

[23]Tzvetan Todorov.Introducción a la literatura fantástica, Barcelona, Ediciones Buenos Aires, 1982, p. 18.

[24]Vladimir Propp. Morfología del cuento, Editorial fundamentos, 2ª edición, 1968, p. 163.

[25]Ibíd., p. 18.

Nombre autor: Shaimaa Magdy Marruf Abd El Hady.

Tutora:Dra. Rasha Mohamed Abboudy.

Tesina de Máster-Departamento de Lengua y Literatura Hispánicas-Literatura de América Latina. Universidad de el Cairo, 2016.

Grado: Sobresaliente.